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Vista panorámica de Albi (Lérida) |
Lejos de hundirse y maldecir su mala fortuna, buscó nuevos
caminos para ganarse la vida con que mantener a su numerosa familia –trabajó en
Pepsi-Cola- y, sobre todo, cambió drásticamente en lo espiritual pasando a ser
un auténtico discípulo de Cristo. Por supuesto que su santidad no sólo ha
quedado reflejada en sus abundantes y largos momentos de oración, sino en el
trato con sus compañeros de trabajo, en su amor a los pobres, a los enfermos y
hasta a sus enemigos, sin descuidar nunca el cuidado y cariño hacia sus
familiares.