sábado, 27 de junio de 2020

Testimonios. Carmelitas Descalzas de Coruña (I)

Monasterio de Carmelitas Descalzas en Coruña.


 Carta al P. José Francisco, 1 de noviembre de 2012.
Jesús y María reinen en nuestras almas, muy estimado en el Señor.
Recibimos con muchísima alegría y asombro, las notas biográficas de su muy querido hermano Víctor Rodríguez.

miércoles, 24 de junio de 2020

Habla Víctor Aridez.


San Juan de la Cruz, maestro y guía de los espirituales.


Si el alma es fiel, el Señor la pone en oración de aridez. Puede ser por falta de fidelidad, al abandonar mortificaciones, cometer pecados veniales, etc. En este estado hay que volver a empezar. También puede ser causa, el cansancio, nerviosismo, etc. ¡No abandonar!, porque lo que Dios mide es la voluntad. Además puede ser presagio de disposición a la purificación pasiva.

sábado, 20 de junio de 2020

Florecillas. Pobre hasta en palabras.

Víctor trabando en el patio de Velillas del Duque.


Me encuentro con una pérdida de memoria, que no me parezco al que he sido tantos años, ahora estoy pobre hasta en palabras. Menos mal que el Espíritu Santo habla en silencio divino y allí le escucha el alma la mayor parte sin saber escuchar. Aquí he ganado algo del cerebro, pero tengo la gracia de ir pronto (a misa) por la mañana, y si puedo por la tarde también, aunque las horas me van minando y luego me encuentro más bajo en todo. (Carta de 28 de mayo de 2004 a una religiosa agustina)

miércoles, 17 de junio de 2020

Testimonios. Abilio Larrán (II)

D. Abilio Larrán en su domicilio en La Ramallosa


1ª. Durante muchos años he padecido de una deficiencia física que se conoce como “uña incarnata”, esto es que se te clava la uña en la carne del dedo gordo del pie y te obliga a estar constantemente en manos de podólogos (dos veces al mes) para evitar infecciones que se producen al caminar y provocan un roce continuo de una carne débil y una uña que se clava y da origen a una herida abierta, molestísima para caminar con libertad. Una pequeña enfermedad crónica.

sábado, 13 de junio de 2020

Habla Víctor Oración Recogimiento.

Santa Teresa en oración contemplativa


Presencia de Dios en el alma, en inmensidad como Creador, Conservador, “en él vivimos, nos movemos” (Act 17, 28); de amistad como Padre, Amigo, Huésped; invita a vivir con la Santísima Trinidad: “Si alguno me ama, mi Padre le amará etc.” (Jn 14, 23). Templo suyo es nuestra alma. Ahí se le desea, adora, no hace falta buscarle fuera. No es menester hablar. Por paso que hable, Él escucha al estar tan cerca. Esta oración se adquiere con el ejercicio, no es sobrenatural. Recoger el alma todas las potencias. Al principio es costoso, luego obedecen los sentidos. Se hacen actos de fe. El alma que se puede encerrar en este pequeño cielo, lleva buen camino.

miércoles, 10 de junio de 2020

Florecillas. Amor a los enfermos.

Santa Soledad, fundadora de las Siervas de María


 Leyendo nuestras noticias, nos hace retraer a nuestros pasos en la ayuda a los pobres enfermos, el no poder estar con ellos, es lo que más echo de menos. Ahora quizá podría hacerlo cuando me encuentro en Madrid; pero surge un inconveniente, y es que no puedo estar dentro del recinto de los hospitales, creo que el aire acondicionado es el que me ahoga. (Carta a una religiosa agustina)

Venid benditos de mi Padre; heredad el reino preparado para vosotros desde la creación del mundo. Porque estuve enfermo y me visitaron” (Mt. 25, 34-36).
Hay varias congregaciones religiosas que se distinguen por tener como carisma la atención a los enfermos, como los seguidores de San Camilo de Lelis, San Juan de Dios, San Vicente de Paúl, etc., pero quienes mejor han entendido esta bienaventuranza y la han puesto en práctica, son las Siervas de María que se pasan las noches enteras atendiendo a los enfermos graves en su propios hogares, mientras los familiares descansan tranquilamente. Y ¿de dónde sacan fortaleza para ejercer ese ministerio noche tras noche?

Hospital Gregorio Marañón en que Víctor visitaba a los enfermos

Todas las noches, antes de salir de su convento para las visitas, pasan y oran ante una imagen de Jesús enfermo, para recordar que es a Jesús a quien van a atender. Esa imagen la tienen muy presente. No es a un enfermo inválido a quien están atendiendo, es al mismo Jesús a quien atienden, y como a Jesús le aman y es el que las ha elegido para ese ministerio, lo hacen con el mismo cariño que se lo harían Marta, María etc.

Algo semejante le debía pasar a Víctor. En los enfermos más necesitados veía a Jesús y les atendía con el cariño que lo haría a Jesús en persona. Por eso la atención a los enfermos le proporcionaba tanta paz y gozo, y por eso se lamenta cuando sus debilidades se lo impedían. Es muy significativa esa alusión a que, en sus visitas a Madrid, lo que más echa de menos es las visitas a los enfermos. Y lo dice de corazón.




sábado, 6 de junio de 2020

Testimonios. Abilio Larrán (I)

Abilio Larrán y su esposa Remedios Gil
vecinos de La Ramallosa (Pontevedra)


 Víctor, un amigo celestial.

Tengo por providencia Divina la fortuna de conocer a familiares directos de este amigo de todos: padre de familia, agricultor, obrero, visitador de enfermos, Adorador nocturno, consejero y, sobre todo, apóstol. Todo ese elenco con una salud delicada. Un Santo “de la puerta de al lado” como dice con frecuencia el Papa Francisco.

Quienes le conocieron coinciden en su bondad callada y discreta, no invasiva. Una vida encaminada al Creador definitivamente en un momento muy doloroso de su trayectoria vital. Un paso decisivo para la Eternidad: Quebranto económico y predilección Divina.

Y lo que nos cuentan de él nos lleva a verle siempre, desde ese instante –mucho más que antes-, cogido de la mano de la Santísima Virgen, que lo acerca al Corazón de su Hijo, a través de su esfuerzo personal a base de soledades, mortificaciones, negaciones, generosidades, servicio a la familia; lucha, en definitiva, para agradar a la Santísima Trinidad que tanto sintió en su alma y que tanto quería comunicar a familiares, amigos.. y no tan amigos.

Puente medieval en La Ramallosa.(Pontevedra)

Y es que el Carmelo es mariano, moldeador de santos. En eso tuvo suerte nuestro querido protector, porque estaba bien rodeado por sus propios hermanos, sacerdotes y porque tuvo otros buenos directores espirituales, no sólo buenos, sino de una altura que el paso del tiempo está dando a conocer.

Después de estas consideraciones, ayudadas por lo que se ha escrito de Víctor, y testimonios personales que he tenido la suerte de escuchar, quisiera contar dos experiencias de vida en las que he sentido su ayuda…





miércoles, 3 de junio de 2020

Habla Víctor. Oración trato íntimo. Intimidad

Jesús dialogando con sus amigos los apóstoles


Es trato de amistad con Dios, con quien sabemos nos ama. Distintos medios para llegar a este término, incluso oración vocal, pero siempre trato íntimo, todo espontáneo y personal, allí se ofrece y pide perdón. En esta oración, Cristo le habla sin palabras, transmitiéndole su luz y su amor. Poco hablar y mucho escuchar. Este coloquio silencioso es contemplativo. A más abundar estos, más se enamora el alma de Dios, quien la va atrayendo más con su gracia. Cuando carezca de estos coloquios, volverá al discursivo.

El ejercicio de la meditación puede durar toda la vida y aun cuando haya llegado a estados superiores, como son de los que habla Víctor, nunca debe olvidarla. Normalmente, con el ejercicio de la meditación llega un momento en que el esfuerzo humano se simplifica y con menos esfuerzo se siente más la presencia del Señor. Es la mejor señal de que el alma ha entrado en una nueva etapa.

Es la fase de recogimiento en que, sin el esfuerzo de la fase discursiva, comienza a sentirse la experiencia de la presencia de Dios. Al ponerse en oración se experimenta que Dios está en lo más profundo de nuestro ser como Amigo, según la frase del evangelio: “Vendremos a él y pondremos en él nuestra morada (Jn, 14, 23).


Cuando se experimenta que Dios está dentro de nosotros, se ha dado un paso trascendental, pues la meditación ya no consiste en imaginarnos a Jesús en las escenas del evangelio, sino que entramos en diálogo con quien está con nosotros. No es lo mismo pensar en una amistad que está lejos, aunque nos dé alegría, que disfrutar de la presencia real de la persona a quien amamos. Eso mismo sucede en la oración. Es importantísimo pasar de la imaginación a la realidad. No es que me imagine que Jesús está presente. Es que está presente.

Si Jesús está presente, puedo hablar con él, puedo mostrarle mi amor. ¿Y de qué se habla con un amigo o con sus padres? ¿Se pasa el tiempo diciendo que le quiere, que le agradece lo que ha hecho por él, etc.? No. Lo importante no es lo que se habla, sino estar con quien se ama. Un hijo vuelve a casa y está feliz con sus padres, hablen de lo que hablen o estén en silencio. Pregúntenselo a los enamorados.

Con Jesús, el mejor de los amigos a mi lado, puedo hablar con Él, puedo exponerle mis problemas, puedo pedirle consejo y ayuda, y puedo hacerlo con más confianza que con los amigos más entrañables.