miércoles, 30 de agosto de 2023

Testimonios. Carmelitas Descalzas de La Encarnación



 

R. P. José Francisco

Vigo (Pontevedra)

¡Jesús sea siempre en nuestras almas, muy estimado en Cristo P. José Francisco!

 

Cuantísimo agradecemos nos haya hecho llegar la reseña biográfica de su hermano Víctor y sus escritos, donde vemos la vida tan santa que ha tenido y damos gracias a Dios por esta alma, en la que Él ha sido el centro de su vida. A él nos encomendamos pidiendo nos alcance del Señor todas estas virtudes que vemos en su vida y tanto agradan a nuestro Cristo. Pedimos también que se pueda llevar adelante este proceso de canonización que tanto bien va a hacer a las almas y en especial a las familias, tan desvalorada en nuestros días.

 

Este año ha sido un año de gracia con los 450 años de la Reforma.

Para el día 24 de agosto, las Madres de San José pidieron a Roma les dejasen la reliquia del pie de la Santa Madre. Aprovechando que estaba en Ávila, nosotras lo pedimos para que nos la dejasen el día de la Transverberación del Corazón de Nuestra Santa Madre. Ha sido un regalo del cielo, una caricia de Dios. La hemos venerado y pedido por tantas cosas como llevamos en el corazón: el Papa, la Iglesia, los Sacerdotes y en especial por nuestra Sagrada Orden.

 

Deseando ver en los altares a su hermano. Le ofrecemos nuestra oración y pedimos nos tenga presentes en la Santa Misa. Le pide la bendición para toda esta Comunidad esta pobre y feliz carmelita.

 

Ávila, septiembre de 2012.

Carmen de Jesús.

ocd

 

sábado, 26 de agosto de 2023

Florecillas. Trabajar de camillero.

Camilleros en un hospital llevando a un enfermo. 

Él me manifestó que le gustaría trabajar de camillero en algún hospital o sanatorio, pues así, al tiempo que trabajaba, podía atender con amor a los pacientes (ya estaba convertido), pero el trabajo que le encontré fue en la Fábrica Embotelladora de Pepsi- Cola de Madrid a través de un dirigido espiritual mío que tenía gran amistad con el dueño de dicha Embotelladora de Pepsi-Cola. JOSÉ FRANCISCO

 

Ya conocen los lectores de este Blog de Víctor, que la ruina de sus negocios, lejos de llevarle a la desesperación, tan corriente en los que los sufren este tipo de desgracias, le llevó a la conversión. Sin esa ruina, no tendríamos al ya Siervo de Dios, que esperamos llegue a ser reconocido como santo, pues fue el momento en que cayó en la cuenta de que el único que nunca nos puede fallar, es Dios. Y en sus manos se puso.

 

Para sacar adelante a su familia, le pidió a su hermano José Francisco, que en esas fechas estaba en los carmelitas descalzos de Plaza de España en Madrid, que le buscara un empleo, y que, a ser posible, fuera de camillero en algún hospital. ¿Por qué? Porque además de sacar adelante a su familia, deseaba que su trabajo sirviera para ayudar los enfermos y así cumplir con el deseo de Cristo: “Estuve enfermo y me visitasteis”.

 

El Señor le llevó por otro camino, pues al entrar en la Embotelladora de Pepsi-Cola, le colocó para que ayudara a muchos empleados a mantener la fe que estaban a punto de perder, y ayudarles, con su ejemplo, a comprender que el trabajo puede convertirse en un medio de santificación.

miércoles, 23 de agosto de 2023

Habla Víctor. Carta a Ignacio (III)

 

 Víctor con su nieto Ignacio saliendo de una pastelería.

Cuando llegaba el invierno, todos los días a la escuela o colegio. Había que recuperar todo el tiempo anterior. En recreo jugábamos a saltar por encima de los compañeros. También patinábamos por el hielo, pero sin patines, solamente dando carreras y resbalando. Muchas veces nos caíamos.

Las Navidades las pasábamos junto al fuego, porque hacía mucho frío. Cantábamos villancicos y jugábamos a las cartas. Los Reyes entonces eran muy pobres. No nos traían regalos.

Estas son las aventuras de un niño que hoy es un anciano y que a ti te quiere mucho y tiene muchas ganas de verte y ahora te envía besos y abrazos.

 

Por medio del pueblo y muy cerca de la escuela, pasaba un arroyo bastante caudaloso, que en invierno se helaba hasta el punto de pasar sobre el hielo los animales y los carros cargados de material sin romperlo. Los niños lo aprovechaban para patinar desafiándose a ver quien llegaba más lejos. Naturalmente las caídas eran frecuentes, pero nunca hubo que lamentar fracturas.

 

La vida familiar también cambiaba profundamente. El trabajo se reducía y el frío intenso y las frecuentes nevadas invitaban a pasar la mayor parte del día en casa, pero era muy frecuente que varias familias del mismo barrio se reuniesen en la casa de alguno de ellos después de cenar para jugar a las cartas. Los mayores formaban partidas formales y los niños también se divertían jugando a la brisca, al mus, a las siete y media, etc. Se creaba y se vivía un precioso ambiente de amistad.



sábado, 19 de agosto de 2023

Testimonios José Francisco (F)

 

Iglesia de San Miguel en Medina del Campo donde se celebró el funeral de Víctor.

Después pasamos al locutorio del convento, donde nos recibió la comunidad en pleno. Él estaba emocionadísimo y en cierto momento se agarró a las rejas del locutorio y se puso a dirigir a las monjas fogosamente unas palabras del todo incoherentes, pero que sólo con la expresión, nos estaba diciendo que estaba intentando halarlas encendidamente de Dios.

 

Esta fue la última vez que nos vimos en la tierra, pues al poco tiempo de regresar de Sabarís a Medina del Campo, me llamaron para comunicarme que había fallecido. Yo tomé el primer tren y cuando llegué a Medina del Campo encontré a toda la familia velándole en el tanatorio. Yo, al verle muerto, no le sentí muerto, sino más vivo que cuando estaba vivo y sentí su presencia viva y gloriosa.

 

Estando en el velatorio, me entregó una de sus hijas unos escritos suyos que yo desconocía, en los que refleja la santidad de su santa vida que fueron el tema de mis meditaciones en los ejercicios espirituales que comencé en Segovia al día siguiente de su entierro. Los ejercicios espirituales eran para carmelitas descalzos de España y Portugal y los daba el cardenal Carlos Amigo. A todos nos gustaron muchísimo, pero a pesar de ser tan buenos, a mí, quien me dio los ejercicios espirituales, no fue el cardenal Carlos Amigo, sino mi hermano Víctor, pues los pasé meditando en los hechos de su vida tal como él los había dejado escritos. Tanto me impactaron, que nunca he hecho ejercicios espirituales con tanto provecho. Lo del cardenal Carlos Amigo eran consideraciones espirituales muy bellas, lo de Víctor era vida, y sólo la vida contagia vida.

Al volver a mi convento después de los ejercicios espirituales llevaba tal alegría, que mis compañeros me preguntaban a qué se debía la alegría tan desbordante que tenía. Y se debía y se sigue debiendo, pues sigo con la misma alegría, a mi hermano Víctor, por el impacto tan grande que había ocasionado en mi vida la lectura y meditación de sus Hechos de vida o Autorretrato que ha dejado escritos y por sentirle como le siento, glorioso y más cerca que nunca.

miércoles, 16 de agosto de 2023

Florecillas. Importancia de la catequesis

 

Entrada lateral de la Iglesia de Quintanadiez donde se daba la catequesis.

A veces, el párroco del pueblo hacía catequesis general a los niños de edad escolar, y a las preguntas que hacía, era él siempre el que respondía acertadamente a todas sus preguntas. Eso se debía a que destacaba, con mucho, en inteligencia, sobre el resto de los muchachos de su edad y a que leía la Historia Sagrada que había en casa y que nuestro padre se ocupaba de explicarnos desde niños. JOSÉ FRANCISCO.

 

Hay que reconocer que el que el verdadero formador de los niños en religión, era el maestro, que les hacía aprender de memoria el catecismo del Padre Astete. El párroco solamente tenía catequesis algunas veces al año, algo más frecuentes antes de que los niños hicieran la primera comunión.

 

Era la época en que todos los habitantes del pueblo eran creyentes y en que se daba una importancia especial a la religión, ya que tenía sus mártires locales en los fallecidos en la guerra civil, cuyos nombres figuraban a la entrada de la Iglesia como, “Fallecidos por Dios y por España”. Entre esos fallecidos por Dios y por España figuraba el de Natalio Rodríguez, hermano de Víctor.

 

La labor del maestro y del párroco se completó, en el caso de Víctor, con la colaboración de su padre, que se preocupó de proveer a sus hijos de buenos libros religiosos y de explicarles de viva voz las cosas fundamentales de la fe cristiana. Al ser hijo de maestro, tenía una gran cultura, que trató te legar a sus hijos como la mejor herencia.

 

miércoles, 9 de agosto de 2023

Testimonios. José Francisco (E)

 

                     Último encuentro de José Francisco con su hermano Víctor en Sabarís (Pontevedra)


 

Estando yo ya de vuelta en España, fui destinado a Valladolid y al vivir tan cerca de él, pues él vivía en Velillas del Duque (Palencia) y luego en Medina del Campo y yo en Valladolid, nos veíamos de vez en cuando. Más tarde fui destinado a nuestro convento de Vigo, desde donde yo le llamaba periódicamente ya que él, para entonces, había perdido la memoria.

 

Al preguntarle como se encontraba, siempre hacía alusión a su pérdida de memoria,  no como una queja, pues había ofrecido gustoso a Dios su enfermedad, sino porque esa era su realidad. Entonces yo le decía siempre: ¿Y de Dios también te has olvidado? A lo que me respondía siempre con todo entusiasmo: ¡Eso nunca! Dios fue, en efecto, el todo de su vida desde su conversión hasta el final de su vida.

 

Aprovechando que una de sus hijas estaba veraneando en Sabarís (Pontevedra), le llevaron a Sabarís, donde estaban y siguen estando de carmelitas descalzas una hija y una nieta suyas, para que su hija y su nieta carmelitas descalzas le vieran por última vez antes de morir.

 

Como yo vivía en Vigo, y Sabarís queda a unos kilómetros de Vigo, fui un día a estar y a comer con él y su familia y después de comer y de pasar varias horas de sobremesa hablando de recuerdos familiares, por si lograba acordarse de algo, en un momento de la conversación se me ocurrió a mí decir que yo estaba muy contento de estar con un hermano al que yo tanto quería. A lo que él respondió de inmediato: “Y yo también a ti”. Esta respuesta nos dejó asombrados, porque si yo le hubiera dicho: te quiero mucho, ya era mucho que respondiera, y yo también a ti, pero lo que yo le dije fue que estaba muy contento de estar con un hermano al que quería tanto, y lo extraño es que se diera por aludido de que era él el hermano al que tanto quería. A momentos tenía ráfagas de conocimiento y ese fue uno de ellos. Lo cierto es que oírle decir lo que me dijo, me hizo mucha ilusión y lo recuerdo como un hermoso recuerdo.

sábado, 5 de agosto de 2023

Florecillas. Mi primer recuerdo de Víctor

 

Víctor con su hermano José Francisco abrazando a su padre Daniel.


El primer recuerdo que tengo de mi hermano Víctor, data de mi infancia. Él y yo dormíamos juntos, y él, lo primero que hacía al levantarse, era ponerse de rodillas sobre la cama y rezar ante un crucifijo que había a la cabecera de la cama, cosa que a mí me edificaba, aunque no le imitaba. JOSÉ FRANCISCO

 

Las palabras se olvidan, pero los ejemplos, aunque no se sigan, siempre perduran. Es el caso de José Francisco con su hermano Víctor, que tuvo que llamarle con frecuencia la atención, sin que le hiciese caso, pero admiraba su buen ejemplo, y fue ese buen ejemplo de Víctor el que le hizo cambiar de vida para entregarse como él al Señor.

 

José Francisco fue un niño simpático pero sumamente travieso que hizo pasar muchos apuros a sus padres. Baste una anécdota para retratarle. Cuando tenía unos nueve años, su padre le mandó a Saldaña a comprar una reja para el arado. Después de comprar la reja se fue al bar de su tío Benigno donde se encontró con unos jóvenes del pueblo que le invitaron a beber vino hasta que consiguieron emborracharle. Al regresar al pueblo, como era monaguillo, nada más dejar la reja en casa, se fue a la iglesia porque se celebraba un entierro, y a él, como monaguillo, le tocó llevar la cruz. Al llegar al cementerio y colocarse junto a la sepultura se tambaleaba de un lado para otro con peligro de caer él mismo en la sepultura. Ya pueden imaginarse la vergüenza que pasó su padre presenciando esa escena.

miércoles, 2 de agosto de 2023

Habla Víctor. Carta a Ignacio (I)

 

El P. José Francico bautizando a Ignacio, su sobrino nieto.



Velillas del Duque (Palencia) octubre de 1992.

Querido nieto:

Muchas felicidades en tu 6 cumpleaños. Que lo pases muy bien junto a tus padres y amigos.

Te voy a contar las aventuras de un niño que tenía 6 años. Se levantaba temprano. Después de desayunar un buen plato de patatas, cogía un palo y se llevaba las vacas a pastar en los prados.

Allí se juntaba con otros niños que ejercían el mismo trabajo. Pescábamos peces, cangrejos y ranas. Hacíamos una hoguera y los asábamos y nos los comíamos. También cazábamos lagartos, culebras, ratas, topos, erizos y otros animales. Estos no los comíamos.

 

Esta carta, escrita a su nieto cuando tenía ya sesenta y nueve años, es sin duda la carta más simpática y a la vez la más interesante para conocer la infancia de Víctor. No se inventa nada para llamar la atención de su nieto o fomentar su imaginación, sino que es la narración de la experiencia que vivió con plena alegría y felicidad en el pueblo y en el hogar paterno.

 

Conviene tener en cuenta, para entender lo que escribe a su nieto, que la mayoría de las cosas que le cuenta, todas ellas verídicas, las hacía durante las vacaciones escolares de verano en su pueblo natal, Quintanadiez de la Vega, que al estar ubicado en la vega del río Carrión, todo su término es de regadío mediante numerosos arroyos, abundantes en pesca.

 

 A partir de la concentración parcelaria, se han sustituido la mayoría de los arroyos por acequias, lo que ha contribuido a un mejor aprovechamiento del agua, pero la pesca de cangrejos, peces y ranas se ha reducido considerablemente.