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| P. José Francisco Rodríguez. Desde la orilla de Dios |
El día 27 de agosto cerramos
en este blog la sección dedicada a “Florecillas”. Si algún testigo aporta
alguna florecilla nueva, la daremos a conocer, pero ese espacio le vamos a
dedicar desde ahora al P. José Francisco y a la difusión de sus escritos
espirituales, por varios motivos:
En primer lugar, porque fue
el P. José Francisco Rodríguez el que, desde el momento del fallecimiento de
Víctor, en que su hija Begoña le entregó sus escritos autobiográficos muy
espirituales, comenzó a promover su Proceso de Canonización, convencido de su
santidad.
En segundo lugar, porque el
P. José Francisco, siendo sacerdote carmelita, pasó por una crisis vocacional
tan fuerte, que a punto estuvo de abandonar la orden y el sacerdocio, como
reconoce públicamente en uno de sus escritos titulado “Una historia de amor”
en que confiesa: “Es Víctor a quien
debo mi conversión, ya que a partir de la fecha en que se arruinó, viendo lo
inseguro que era lo terreno, buscó y encontró su seguridad en Dios, a quien se
entregó del todo, cada vez de más a más hasta el final de su vida. Viendo yo
entonces la vida tan santa que él llevaba después de su conversión y lo
pecadora que era la mía, siendo yo religioso y él seglar, me hizo reflexionar,
y así fue como el Señor se valió de él para que me convirtiera como él se había
convertido”.
En tercer lugar, porque el P.
José Francisco enviaba a su hermano Víctor todos estos escritos espirituales
inéditos, y siempre contó su aprobación.
En cuarto lugar, porque este
blog de Víctor quiere fomentar entre los lectores el deseo de que todos se
animen a tener una experiencia de Dios a través de la oración y de la práctica
de las virtudes, como lo hizo el Siervo de Dios Víctor Rodríguez, y a esta
finalidad pueden contribuir eficazmente estos escritos, generalmente en forma
de sentencias, como en “La imitación de Cristo” de Tomás de Kempis.
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