sábado, 28 de enero de 2023

Florecillas. Mi abuelo un santo.

Raquel entre sus abuelos Víctor y Asunción
el día de su ingreso como carmelita en Sabarís.

 


Mi abuelo un santo”. Mis recuerdos sobre Víctor bien podrían titularse así, pues él ha sido ante todo mi abuelo, mi padrino de bautismo. Yo soy su primera nieta y probablemente a quien debo mi vocación”. Raquel.

 

Raquel es la primera nieta de Víctor, de la que, además de abuelo, quiso ser padrino de su bautizo para responsabilizarse de su formación cristiana, pues nació en un momento en que su madre estaba pasando por una crisis de fe y se había alejado de los sacramentos, e incluso de la asistencia a la misa dominical, por lo que, ni llevaba a sus hijos a la Iglesia, ni les daba formación religiosa.

 

En esos difíciles años, Víctor oró mucho por ese matrimonio, y especialmente por sus nietos, y trató de forma discreta, aprovechar sus visitas a los nietos para, no solamente ganarse su confianza, que era fácil, por su cariño y porque compartía con ellos los juegos, sino para enseñarles breves oraciones y valores cristianos, como el amor a Dios, el amor a los padres, el amor entre los hermanos y el amor a los demás.

 

Raquel, hoy religiosa carmelita descalza en Sabarís (Pontevedra), feliz por haber seguido la llamada del Señor, recapacitando sobre la conducta de su abuelo durante su infancia, reconoce agradecida, que su vocación se debe en gran parte a las oraciones, a las orientaciones y al ejemplo de su abuelo. Por eso no duda en proclamar: “Mi abuelo un santo”.



miércoles, 25 de enero de 2023

Habla Víctor Don de Sabiduría (I)

El Don de Sabiduría.

 


El Don de entendimiento nos permite penetrar en las cosas de Dios, el de sabiduría nos da a gustar un conocimiento sabroso de ellas. “Gustad y ved que bueno es el Señor, dichoso el que se acoge a Él” (Sal 34, 9). Este Don nos da a conocer a Dios a través del corazón, gustando el objeto amado. Entre Dios y el hombre hay una connaturalizad semejante, producida por el amor. Nos da a conocer cosas divinas de esta connaturalizad. Esta experiencia cálida y gustosa, se apodera del alma en su centro, o sea, en la voluntad, calentando y reavivando la caridad, y se inclina a despreciar lo que el mundo ama.

 

El Don de Sabiduría es el que nos facilita llegar a la máxima perfección de la caridad, que al ser la más excelente y perfecta de todas las virtudes, las contiene a todas. Por eso también el Don de Sabiduría es el más excelente de los dones, pues todos se conceden con esa finalidad de alcanzar la caridad.

 

El Don de Sabiduría es un hábito sobrenatural inseparable de la caridad por el cual juzgamos rectamente de Dios y de los cosas divinas por sus últimas causas bajo el instinto especial del Espíritu Santo que nos las hace saborear por cierta connaturalizad y simpatía.

 

Con este Don llegamos a experimentar y saborear lo que creemos por la fe. Las personas que lo experimentan, especialmente los santos y los místicos, comprenden la expresión del salmo “Gustad y ved que bueno es el Señor” (Sal. 33,9). El conocimiento que nos proporciona es muy superior a los demás conocimientos, incluidos los que aporta la teología. Por eso encontramos personas sencillas que nos sorprenden por sus conocimientos de las cosas divinas, como es el caso de Víctor.



sábado, 21 de enero de 2023

Testimonios. Alberto Jorge Lence (I)

Monasterio de Carmelitas Descalzas de Sabarís (Pontevedra)

 


Rvdo. P. José Francisco. Carmelitas Descalzos. Vigo.

 

Muy querido y admirado pater:

Ha sido, ciertamente providencial haberle conocido, haber recibido de usted en la confesión, santas y sabias ayudas, y en estas últimas calendas, ser conocedor de esas –también providentes en gran medida- de esas ayudas que llegan a través de los escritos de don Víctor y sobre don Víctor, dándose la feliz circunstancia de que sea usted su hermano y, aquí al lado, en este oasis refrescante para la vida de la Iglesia, que es el monasterio de la Virgen del Carmen y de San José, moren dos religiosas –hija y nieta- a las que tanto yo amo y a las que tanto, esta casa (ahora disfrutando de una tremenda soledad) tanto debe.

 

A las Madres Carmelitas de Sabarís, caro pater, las llamo yo (y ellas lo saben) “gitanas”, por unas bromas mías. Y son, como la Santísima Virgen, raptrix (robadoras) del corazón de Jesús. Tenerlas aquí es contar con el mejor pararrayos para atenuar tanta miseria (tal es mi caso) como los humanos presentamos, desagradecidos al favor redentor a  Dios. Y ahora, además, existiendo esta constelación de personas santas: Usted, sus sobrinas, la comunidad de Sabarís al completo… ¡Vaya gozada! Dentro de una hora vuelvo al médico. Debieran hospitalizarme. Por tanto,  a duras penas les escribo ya. Y si un día puedo hablarles, sea.

 

¡Cuántas gracias tenía que dar a Dios! Sin embargo, pater, estoy (soy) muy rebelde. Cierto que estoy pasando unos días tremendos de dolor. Lo que venía sufriendo desde marzo (intervenciones y hospitalizaciones por medio) se incrementó. Volvieron como en marzo pasado, pero con mayor intensidad, con unos dolores, tamañísimos dolores. Fíjese: cada pulsación de una tecla, me hace doler no sólo las manos; en todo el cuerpo repercute. Pienso que estoy muy mal, demasiado mal: DIOS SABE MÁS. Y si me adentro en leer y releer esos escritos -de don Víctor, sus hijas, suyos- a ver si soy capaz de entender lo que antes sí, pero ahora, en esta mi rebeldía, no, la santa voluntad divina……



miércoles, 18 de enero de 2023

Florecillas. Abuelo encantador.

Víctor en Velillas del Duque con una nieta en sus brazos.

 

Recuerdo buenos momentos (de mi abuelo Víctor) en varios lugares. Cuando vivía en Madrid (Príncipe de Vergara), largos paseos por la ciudad él y yo. En Velillas, enseñándome a jugar al ajedrez, y sobre todo en Sabarís, largas mañanas intentando pescar anguilas en el río tras la casa de Carmen, y, aunque teníamos un acuerdo, a cambio de una anguila él me haría unas patatas fritas, a pesar de no pescar nunca nada, mi abuelo siempre me hacía las patatas fritas. Carlos.

 

Carlos no se limita a decir de su abuelo que era “todo corazón y cariño”, como resaltamos en la florecilla anterior, sino que señala algunos de los momentos que más le se le gravaron por la atención personal que le dedicaba con cariño.

 

Señala en primer lugar los largos paseos por Madrid con él solito, como si no tuviera nada más que hacer, que pasear y responder a las preguntas que le hacía acerca de todo lo que le llamaba la atención. Es probable que al pasar por algún quiosco le obsequiara también con chuches, pero Carlos, lo que verdaderamente valoraba, era su amorosa compañía.

 

Recuerda también cómo en los meses de verano, cuando iba a casa de los abuelos en Velillas del Duque, mientras Asunción preparaba la comida, Víctor paseaba y jugaba con él, e incluso le enseñó a jugar al ajedrez. Pero lo que jamás olvidará, es la escena de Sabarís en que abuelo y nieto hicieron un convenio: a cambio de anguilas pescadas por Carlos, el abuelo correspondería haciéndole patatas fritas. Carlos se pasaba largos ratos con la caña de pescar en el riachuelo que pasa pegado a la casa de Carmina, por el que, al estar cerca de la playa, pasaban con frecuencia anguilas, pero no picaban en el anzuelo. El abuelo, sin embargo, siempre recompensaba su esfuerzo con patatas recién fritas.




sábado, 14 de enero de 2023

Habla Víctor Don de Entendimiento (II)

Espíritu Santo: Don de Entendimiento.

 

El Espíritu Santo todo lo sondea, aun las profundidades de Dios. A las almas que le están unidas por el amor, les comunica una participación del conocimiento de sus misterios divinos. A más unión con Dios, más comunicación divina. De esta manera, este Don no estará ocioso en nuestras almas, al contrario, intervendrá con su luz nuestras meditaciones en las cosas de Dios, penetrando en sus profundidades y así captar los textos sagrados, y nos da inteligencia exacta de los consejos divinos, así introduce al alma en una oración más sencilla y profunda. La mente no necesita razonar. Al toque del Espíritu Santo queda fija en una mirada en la verdad, todos los misterios que hemos meditado a la luz de la fe, no los miramos desde fuera, sino desde dentro.

 

Las verdades de fe no pueden ser captadas nada más que por el golpe de vista intuitivo y penetrante del Don de Entendimiento. O sea, cuando la fe se haya liberado de todos los elementos discursivos y se convierta en fe pura, tan recomendada por San Juan de la Cruz como único medio proporcionado para la unión de nuestro entendimiento con Dios.

 

El P. Crisógono de Jesús Sacramentado, en su obra “Compendio de ascética y mística” explica con precisión en que consiste esta fe pura: “Se entiende por fe pura la adhesión del entendimiento a la verdad revelada, adhesión fundada únicamente en la autoridad de Dios, que revela. Excluye, pues, todo discurso. Desde el momento en que entra en juego la razón, desaparece la fe pura, porque se mezcla con ella un elemento ajeno a su naturaleza. El raciocinio puede preceder y seguir a la fe, pero no puede acompañarla sin desnaturalizarla. Cuanto más haya de discurso, menos hay de adhesión a la verdad por la autoridad de Dios, y, por consiguiente, menos hay de fe pura”.

 

Así lo experimentó Víctor, por lo que llega a decir: “A todos los contagiaba y se admiraban de la fe que yo tenía. Les hacía ver que era más difícil no creer las verdades de la fe, que incluso los momentos que vivía y que con los ojos palpaba”.

 


miércoles, 11 de enero de 2023

Testimonios. José Antonio Ruiz.

Iglesia parroquial de L´Albi (Lérida)


 

Carta al P. Juan Luis de 28 de febrero de 2018.

Muy apreciado P. Juan Luis

Con gratísima alegría he recibido su carta que, si a mi me ha embargado el corazón, a mi esposa Concepción le ha hecho verter lágrimas de emoción porque tanto su hermano como usted han sentido nuestro sufrimiento y no han dudado mostrarnos su ayuda, -“la mejor ayuda” en este caso- en forma de oraciones por nuestra nieta.

Como el libro de “la impactante vida de Víctor” trae la novena y el triduo, ya he empezado a rezarlos y a pedir la gracia de la sanación de Anna. Ojalá sea a través de la mediación de Víctor, con su “sonrisa de paz”, y que ello ayude a su beatificación.

Soy consciente que Jesús tiene muchas y más necesarias peticiones que la mía, pero ante la falta de espiritualidad de este mundo que nos ha tocado vivir –lo digo por mí mismo- no vendría mal una “milagrosa” llamada de atención para que creyéramos más en Él, aunque nos vuelva a regañar como a Santo Tomás al tener qu mostrarle sus heridas. ¡Cuán difícil es creer sin ver, padre! Por esto, ¡cuánta admiración siento por Víctor al rezar con esa fe tan ardiente ante el Sagrario!

Ya sé que el Señor escribe a veces con “renglones torcidos” y puede que la venida de “nuestro ángel” a esta vida sirva para rebajar la soberbia del hombre actual –la mía- que queremos la perfección en todo y sólo Él es perfecto, de ahí, como decía Santa Teresa: “Sólo Dios basta”. Por eso, también le pido a Víctor “gracias y favores” en su intercesión para que tanto los padres, hermana pequeña, abuelos y demás familia sepamos llevar con “cristiana alegría” su presencia; y como muy bien dice usted: “Hágase tu voluntad, Señor”. Sin embargo, como el del Evangelio, seguiré con empedernida tozudez pidiendo el milagro al Mesías.

 

Dándole las gracias por sus oraciones y bendición, reciba mi afecto y el de mi esposa.

 

José Antonio Ruiz Vilches

 

 

sábado, 7 de enero de 2023

Florecillas. El abuelo cariñoso.

Víctor y Asunción con su nieto Carlos y su bisnieto Víctor.


Tengo muchos recuerdos de mi abuelo y la verdad es que todos ellos son buenos, ya que no recuerdo ningún momento malo con él, ninguna mala palabra ni mal gesto alguno. Mi abuelo era todo corazón y cariño hacia los demás. Carlos.

 

Tan buenos son los recuerdos que Carlos guarda de su abuelo, que al primer hijo suyo le ha puesto el nombre de Víctor. Este recuerdo le es muy entrañable porque en su hogar no siempre encontró en su padre el amor, cariño, comprensión y dedicación como la que recibía del abuelo.

 

Por eso destaca en especial, quizás sin pretenderlo expresamente, que no recuerda ni una palabra ofensiva ni un mal gesto del abuelo. A los niños les atemorizan las correcciones hecha a voces y con gestos humillantes que a veces se les escapan a los padres sin maldad, pero que los niños guardan en su memoria.

 

Y el cariño que Carlos recibió del abuelo, lo recibieron también sus hermanas Raquel, Rebeca y Sara. Por eso, la llegada del abuelo a su casa era siempre motivo de alegría, pues jugaba con ellos, incluso a las canicas tirándose al suelo y les entretenía haciendo dibujos que más bien resultaban garabatos, pero que el abuelo elogiaba como si se tratase de auténticas obras de arte. Se hacía niño con ellos y gozaba con su espontaneidad y sencillez.

 

Naturalmente que también aprovechaba el tiempo para sembrar en sus corazones la semilla de la fe, para enseñarles el padrenuestro, el Ave María, a querer a sus padres, a no pelearse entre ellos, etc. Por eso Carlos reconoce que su abuelo, “era todo corazón y cariño”.




miércoles, 4 de enero de 2023

Habla Víctor. Don de entendimiento (I)

El Don  de Entendimiento

 

Penetra los misterios divinos. Nuestra inteligencia es incapaz de asir lo infinito, aunque revestida de la fe, nuestro modo de entender es siempre humano, procediendo con ideas limitadas, insuficientes para expresar las realidades divinas. La misma revelación, por medio de las Escrituras, nos llega por medio de las palabras humanas. Este don viene en ayuda de la fe, y nos hace ver por dentro los misterios divinos con la luz e inteligencia misma del Espíritu Santo. No añade nuevo a la revelación, pero nos hace comprender el sentido de las verdades reveladas. Nos hace penetrar los misterios de la fe, intuyendo que el misterio trinitario es esencial a la naturaleza divina.

 

El Don de Entendimiento es un hábito sobrenatural infundido con la gracia santificante por el cual la inteligencia del hombre, bajo la acción iluminadora del Espíritu Santo, se hace apta para una penetrante intuición de las verdades reveladas. Es un conocimiento al modo divino.

 

La fe proporciona al entendimiento el conocimiento de verdades sobrenaturales, pero de modo imperfecto, al conocerlas al modo humano, mientras que el Don de Entendimiento le hace apto para la penetración profunda e intuitiva de las verdades reveladas. Es un conocimiento al modo divino.

 

El Don de Entendimiento es como un fogonazo que nos hace comprender o experimentar en un instante una verdad revelada. Cuántas veces hemos leído partes de la Sagrada Escritura sin que nos hayan llamado la atención, y de repente, se nos descubre e inflama nuestro corazón. Es lo que les pasó a los discípulos de Emaús, que habían compartido muchos momentos con Jesús y fueron incapaces de reconocerle hasta que “les abrió el entendimiento para que entendiesen las Escrituras” (Lc. 24, 45).