sábado, 29 de febrero de 2020

Testimonios. Charo Carnicero OCDS.

Vida impactante de un Cristiano de  pie al que alude en su testimonio.


Que por mayo era, por mayo…como dice el poeta, cuando llegaron a mis oídos las primeras noticias sobre Víctor Rodríguez. Había fallecido meses atrás, febrero del 2012, en olor a santidad en Medina del Campo, y su hermano el P. José Francisco, carmelita descalzo, se comunicó con nuestro Delegado Provincial de los Carmelitas Descalzos Seglares y le puso al corriente de su deseo de contactar con todos los representantes seglares de las Provincias.

Tuve un primer contacto telefónico con el P. José Francisco que me transmitió su entusiasmo y me sumé a la causa de beatificación de nuestro Hermano, que nos ha precedido en la Casa del Padre. Luego vino la elaboración de estampas con una breve reseña sobre su vida y una oración pidiendo al Señor por su beatificación. Las recibí con curiosidad teresiana, y al poco tiempo se habían repartido por todas las comunidades seglares de nuestra Provincia.

La resonancia que a mí personalmente me transmite Víctor, es un deseo de vivir la espiritualidad carmelitana, al estilo que él lo hizo; al estilo teresiano; en mi familia, mis ocupaciones, en la sociedad en que vivo, pero siempre teniendo como centro y razón primera al Dios que habita muy dentro de mí y al que hay que buscar con sencillez y constancia, sabiendo que Él nos amó primero.
 
Un grupo de Carmelitas descalzas seglares.

No puedo hablar de milagros que pueda atribuir a la intercesión de Víctor, porque no los he pedido, pero sí que en ocasiones un tanto complicadas, me encomendé a él, para que todo sucediera de la forma más pacífica y evangélica posible, y me sorprendió cómo se sucedieron los acontecimientos, de la forma más inesperada para mí, pero en la que se veía la mano amiga, fraterna de Víctor solucionándose el problema.

Ahora creo que viene la edición de un libro que va a recoger los rasgos biográficos de nuestro hermano carmelita. Deseo que todo sirva para que sea reconocida la bondad y misericordia del Señor que hizo en él cosas grandes, en medio de una gran sencillez.
Yo también quisiera cantar al Señor y al mundo como él lo hizo la alegría de pertenecer a esta gran familia del Carmelo Teresiano en la Iglesia.

“En la Iglesia milité. En el Carmelo moré. En fe ciega caminé. En esperanza viví. La caridad me abrasó”.


miércoles, 26 de febrero de 2020

Habla Víctor. En este estado quiero seguir.

Última canción del poema de la Noche Oscura 

Senda estrecha y segura llevo y cuando algo vislumbro y veo, me estremece y me da miedo contemplar donde puedo tropezar. En este estado quiero seguir. La mano de Dios me lleva, sin sentirla ni verla hasta la meta llegar y al mismo Dios contemplar.

Sigue hablando Víctor de todo lo que pasó en la Noche Oscura, que en la terminología de San Juan de la Cruz, es la contemplación que causa dos maneras de tinieblas o purgaciones, correspondientes a las dos partes del hombre: la sensitiva y la espiritual, de forma que una es purgación sensitiva pues purga a todo lo que se recibe a través de los sentidos y otra noche es espiritual, porque desnuda el alma según el espíritu para disponerla a la unión de amor con Dios.

La noche de los sentidos la pasan muchos, aunque en palabras de San Juan de la Cruz. “Es amarga y terrible para el sentido”, pero peor es la noche espiritual de la que dice que no tiene comparación “porque es horrenda y espantable para el espíritu”.

Controlar los sentidos para no dejarse arrastrar por ellos a las cosa sensibles que nos apartan de Dios, es difícil, pero con prácticas ascéticas, son muchos lo que lo consiguen, pero purificar las facultades del alma: memoria, entendimiento y voluntad para que se sometan a Dios siguiendo las directrices de las tres virtudes teologales de fe, esperanza y caridad, es de muy pocos.

San Juan de la Cruz dice como el entendimiento, la memoria y la voluntad pueden purificarse a través de la fe, la esperanza y la caridad, virtudes teologales infundidas por Dios en esas potencias:

 “Mi entendimiento salió de sí, volviéndose de humano y natural en divino; porque uniéndose por medio de esta purgación con Dios, ya no entiende por su vigor y luz natural, sino por la divina Sabiduría con que se unió.

Y mi voluntad salió de sí, haciéndose divina, porque, unida en el divino amor, ya no ama bajamente con su fuerza natural, sino con fuerza y pureza de Espíritu Santo. Y así la voluntad ya acerca de Dios no obra humanamente. Ya ni más ni menos, la memoria se ha trocado en aprehensiones eternas de gloria. Y finalmente, todas las fuerzas y afectos del alma, por medio de esta noche y purgación del viejo hombre, todas se renuevan con temples y deleites divinos”.

Portada de una edición de la Noche oscura

sábado, 22 de febrero de 2020

Florecillas. Pronto podré amar al Amado.

Víctor enfermo atendido por su hija Teresa y su nieta Sara


Mi corazón cada vez está más enfermo, presiento que a este ritmo, pronto podré amar al Amado en su plenitud.

Cuando Víctor tenía 61 años y trabajaba como empleado en la Embotelladora de Pepsi-Cola, en el reconocimiento médico que le hicieron en el Hospital 1º de Octubre, el diagnóstico fue: “Cardiopatía isquémica con prueba de esfuerzo positiva para bajas cargas y con talio positivo en cara anterior. Taquicardia parosística supraventricular controlada con medicación”. Y se le aconsejaba: “Este enfermo debe evitar esfuerzos mayores que moderados e igualmente evitar las situaciones de estrés emocional o todas aquellas situaciones en las que le produzcan dolor precordial. Dada la situación clínica sería aconsejable solicitar la incapacidad laboral”.

Con este diagnóstico Víctor sintió muy cercana la muerte. Los doctores le propusieron una operación del corazón, pues de lo contrario no podría vivir más de un año, pero él lo rechazó diciendo: Que sea lo que Dios quiera. Y es que era justo lo que esperaba para poder encontrarse con el Amado cuanto antes y gozar de su amor en plenitud y para siempre.

Víctor acompañado por sus nietos Carlos y Rebeca

Así se lo manifestó a su hija Begoña, cuando enfermo del Alzheimer meses antes de morir, en un momento de lucidez le preguntó: “Papá, ¿Quieres morir? Y se le iluminó el rostro de alegría y la contestó: “Sí, pero cuando Dios quiera”.

Años antes, cuando aún no padecía de Alzheimer exclama: “¡Oh muerte deseada que te haces esperar! Paso a paso te persigo hasta que te pueda encontrar”. Era un deseo cada vez más apremiante. Gozaba mucho con su esposa, sus hijos y sus nietos, pero su corazón estaba puesto en el Amado y con él quería encontrarse cuanto antes.
Cuántas veces gritaría como Santa Teresa: “¡Ay, que larga es esta vida, / que duros estos destierros, /esta cárcel, estos yerros /en que el alma está metida!” Y cuántas se habrá aplicado a sí mismo esta estrofa:

Sólo con la confianza
vivo de que he de morir,
 porque muriendo, el vivir
me asegura mi esperanza.
Muerte do el vivir se alcanza,
no te tardes, que te espero,
Que muero porque no muero.


miércoles, 19 de febrero de 2020

Testimonios. Felix Malax, Ex-Definidor General OCD

Dimas, el "buen ladrón" crucificado a la derecha de Cristo

Carta al P. José Francisco de 28 de abril de 2014.

El Viernes Santo pasado prediqué las “Siete Palabras” en la catedral de Santander. Y allí metí a tu hermano Víctor a propósito de la “segunda palabra” delante del Obispo y de la gente.

El evangelista Lucas nos dirá que hay varias personas presentes en el Calvario: Los mirones de siempre, los conocidos de Jesús, las mujeres que le habían seguido desde Galilea. También están allí los jefes triunfantes y los soldados que le dicen: “Si tú eres el Mesías, el rey de los judíos, sálvate”. Pero otros se dan golpes de pecho y un ladrón, compañero en el tormento, le dice: “Acuérdate de mí”.

Como en las películas de antes, hay uno bueno y uno malo (los dos ladrones). Hemos oído su diálogo. El crucificado malo pide liberarse del suplicio y de la muerte. Pero no ha conseguido nada. Ha tomado el camino equivocado. El bueno, sin embargo, reconoce su culpa y ve en Jesús a alguien diferente. Y sólo pide un recuerdo: “Acuérdate”. Se siente acompañado, solidario, en la muerte y luego en el inmediato destino feliz.
El ladrón bueno ya no se sintió condenado, se sintió premiado por su fe y su petición. Jesús ni se descuelga ni le descuelga. Siguen en el balcón del sufrimiento, pero el ladrón bueno cambia de vida.

Oración a Dimas convertido en Santo por su fe en Jesús

Nosotros, los creyentes en un crucificado, ni somos ladrones ni queremos ser malos. Sólo queremos ser buenos. Algunos podemos estar más o menos crucificados en la vida junto a un Jesús muy crucificado. Y podemos dar un testimonio, humilde y diferente de un hecho: nuestra felicidad de creyentes, ante los crucificados o no crucificados de hoy, ante los despistados, ante los buscadores de la verdad.

Víctor Rodríguez Martínez, palentino, buen padre de familia de 10 hijos, murió a sus 79 años en 2012. Fue muy crucificado por la fortuna. Sus pequeños negocios fracasaron. Por fin, encontró trabajo en Pepsi-Cola de Madrid. Muchos de sus compañeros se reían de él. Le llamaban el “Padre Víctor”, “el cura”, “el curote”. Pero su comportamiento honrado, su ayuda escondida a los mismos que se mofaban de él, sus continuas e incondicionales suplencias, sus disimulos o encubrimientos de malas conductas de sus compañeros, hicieron que terminaran llamándole “el santo”. Y ya está en el camino de los altares con un milagro muy sonoro.


sábado, 15 de febrero de 2020

Habla Víctor. De noche voy caminando

San Juan de la Cruz, autor de la "Noche Oscura"

De noche voy caminando, firme y seguro los pasos doy. Ni tropiezo ni me caigo.

Cómo no recordar las palabras del salmo del Buen Pastor: “Me guía por el sendero justo, por el honor de su nombre. Aunque camine por cañadas oscuras, nada temo, porque Tú vas conmigo: tu vara y tu cayado me sosiegan”.

Víctor nos invita una vez más leer a San Juan de la Cruz para que nos aclare lo que él ha experimentado pero no puede explicar, pues para ello se necesita un don especial que el Señor concede solamente a determinadas personas, como es el caso de su San Juan de la Cruz, que ha dedicado dos de sus principales obras a dar a entender lo que es caminar de noche y adónde lleva ese caminar de noche, que es a la unión perfecta con Dios: La Subida del Monte Carmelo y la Noche Oscura.

En el prólogo de la Subida del Monte Carmelo habla San Juan de la Cruz de lo difícil que es explicar en que consiste la noche oscura: “Para declarar y dar a entender esta noche oscura por la cual pasa el alma para llegar a la divina luz de la unión perfecta del amor de Dios, cual se puede en esta vida, era menester otra mayor luz de ciencia y experiencia que la mía; porque son tantas y tan profundas las tinieblas y trabajos, así espirituales como temporales, porque ordinariamente suelen pasar las dichas almas para poder llegar a este alto estado de perfección, que ni basta ciencia humana para saberlo entender, ni experiencia para saberlo decir, porque sólo el que por ello pasa lo sabrá sentir, mas no decir”.

Quinta canción de la "Noche Oscura".

Es claramente el caso de Víctor, que sintió con todo su rigor la Noche oscura que le llevó a la unión con Dios en cuanto es posible en esta vida. Caminaba en plena oscuridad, guiado únicamente por la fe, y esta fe era la que le garantizaba que iba por el camino seguro al encuentro con Dios. Pero, ¿cómo explicar su experiencia?

Vean los medios de que San Juan de la Cruz, doctor místico por excelencia, tuvo que servirse para darnos a entender algo de lo que sucede en esa Noche oscura:

“Para decir algo de esta noche oscura, no fiaré ni de experiencia ni de ciencia porque lo uno y lo otro puede faltar y engañar; mas no dejándome de ayudar en lo que pudiere de estas dos cosas, aprovecharme he para todo lo que, con el favor divino, hubiere de decir, de la divina Escritura por la cual guiándonos no podemos errar, pues el que en ella habla es el Espíritu Santo”.


miércoles, 12 de febrero de 2020

Florecillas. Tonto, malo y distraído

Iglesia Parroquial de San Clemente Romano en Madrid.

Puedes hacerte una idea de la situación (de la Congregación de San Felipe Neri) solamente comprobando que no encuentren otro más competente que yo para dirigirla; que soy tonto, malo y distraído; ruega mucho por las vocaciones y que sean competentes. (Carta de 19 de marzo de 1982 a una religiosa agustina)

La carta está dirigida a una joven muy espiritual que conoció en la Parroquia de San Clemente Romano con la que entabló gran amistad y a la que animó a integrarse en la Congregación de San Felipe Neri para que se implicase en el apostolado con los enfermos. Posteriormente ingresó en las religiosas agustinas.

En su correspondencia epistolar posterior, esta religiosa le preguntaba con frecuencia sobre la marcha de la Congregación de San Felipe Neri en que ambos habían trabajado juntos en las visitas que hacían todos los domingos a los enfermos en el Hospital Francisco Franco, hoy denominado Hospital Gregorio Marañón. Cuando a Víctor le nombraron Hermano Mayor de dicha Congregación, ya ven que respuesta la da, para explicarla que había problemas en la Congregación por falta de personal bien preparado e interesado en la atención a los enfermos.

Hospital Gregorio Marañón en Madrid.

Al tratarse de una correspondencia confidencial, pueden comprobar con que epítetos se retrata a sí mismo. Y lo hace convencidote serlo: Tonto, malo y distraído.

De tonto tenía muy poco, como se puede comprobar por sus éxitos y por sus escritos. De malo menos. No sabemos de donde lo sacaría, pues siempre hizo el bien, especialmente desde el momento de su conversión. El único epíteto que le cuadra, es en el de “despistado”. Eso si que lo era, y casi en grado superlativo. Casos como pagar al cobrador del autobús dándole las llaves de la casa en lugar de monedas, o pasar al lado de alguna persona amiga, e incluso de sus hijas por la calle y no enterarse hasta que no le llamaban la atención, son pruebas evidentes.

¿Por qué era tan despistado? Él lo achacaba con mucha humildad a falta de memoria, que cuando le afectó el alzheimer fue cierto, pero en realidad era porque caminaba inmerso en otro mundo. Su mente y su corazón, aun caminando en medio del bullicio de la gente, estaban puestos en Dios. No es que no le interesaran los demás, pues cuando le saludan era muy afable con todos, es que iba absorto, pensando y centrado en el Amado.



sábado, 8 de febrero de 2020

Testimonios. Ernesto Martínez Rey (III)

Monasterio de las Carmelitas Descalzas en Sabarís


Carta al P. José Francisco de 7 de marzo de 2014.

Querido padre J. Francisco, me atrevo a perturbar su retiro con estas notas:
Eva y Raquel, bueno la Madre Eva y la Madre Raquel, me han hecho llegar el libro sobre Víctor, su hermano, y quiero comunicarle unas cosillas.

El libro es precioso muy bien escrito, ordenado y redactado por un padre carmelita. Un sabio. Me ha gustado mucho su historia familiar, los avatares de la vida de su hermano y las narraciones que hacen sus hijas y Asunción.

Pero le escribo porque, aunque conocíamos la vida de Víctor, yo no tenía ni idea de profundo calado moral, religioso, caritativo y de total entrega a los demás. Su dedicación a la oración y a la Eucaristía es, no tengo palabras para poder expresarlo.
Yo, que he sido y soy un hombre religioso y cristiano practicante y de misa casi diaria en el convento carmelita o en la parroquia de Sabarís, además llevo la Archicofradía de Santa Cristina.
   
Bueno pues le diré que mi devoción a Santa Cristina y el trabajo por mantener viva la devoción de la santa niña, virgen y mártir, siempre me ha ayudado mucho y me ha permitido rezar más profundamente; pero desde que se inició todo el proceso de su hermano, mi concentración en la oración y en la adoración al Santísimo ha ido en aumento, yo trato de cultivarla y cada día rezo más y más profundamente.

arroquia de Santa Cristina en Sabarís (Pontevedra)

La lectura del libro sobre ese cristiano impactante que fue y es Víctor, me ha servido de orientación y de guía en aspectos que yo no sabía como encauzar. Está claro, que su intercesión, que siempre le pido, tiene efecto y tanto que lo tiene: Rezo más. Con más devoción, medito más, pido por los que no rezan y por los que yo llamo mis “enemigos”. Practico otra virtud de Víctor, la caridad, cosa que hasta hace poco casi no hacía. Noto estos últimos días como aumenta mi vida interior y estoy centrándome en el rezo del tiempo de Cuaresma que ya llega.

Yo creo que su intercesión está siendo efectiva y pido a Dios que siga por este camino que me abre una gran paz interior. Mi madre tiene el folleto inicial, publicado hace ya tiempo, en la balanza de la cocina y reza y habla con él y así nos lo contó el otro día a sus sobrinas Tere y Begoña y a mí mientras comíamos.

Bueno padre, cuídese, rece por nosotros y que la causa de Víctor progrese. Nuestro párroco y director espiritual quiere que sus sobrinas hagan una reseña del libro, sobre todo de su contenido, para publicar en la revista parroquial El Valle. Me ha hecho mucha ilusión ver aquel artículo que escribí yo en dicha revista en las fuentes del libro.

Que Víctor y Dios nos acompañen, guíen y orienten.



miércoles, 5 de febrero de 2020

Habla Víctor. Mi corazón fue robado.

San Juan de la Cruz, Doctor de la Iglesia.


Mi corazón fue robado, aunque dentro de mí ha quedado. Me robó mi querer sin saber por qué, cómo ni cuándo. Aunque robado fue, él quedó bien pagado. Quien su amor se llevó, éste más acrecentó, pues por se lo llevar, grandes penas, dolores y sudores pasó.

Una vez más es su maestro San Juan de la Cruz quien nos aclara y explica lo que Víctor ha experimentado y quiere expresar en pocas palabras. Efectivamente en la Canción 9 del Cántico Espiritual y en su explicación encontramos la respuesta:

¿Por qué, pues has llagado
aqueste corazón, no le sanaste?
Y pues me le has robado,
¿por qué así le dejaste
y no tomas el robo que robaste?

Es de saber, dice el Santo, “que el alma más vive donde ama, que en el cuerpo donde anima, porque en el cuerpo ella no tiene su vida, antes ella la da al cuerpo, y ella vive de amor en lo que ama. Dice pues:

 ¿Por qué, pues has llagado
aqueste corazón, no le sanaste?

Como si dijera: ¿Por qué, pues le has herido hasta llagarle, no le sanas, acabándole de matar de amor? Pues eres tú la causa de la llaga en dolencia de amor, sé tú la causa de la salud en muerte de amor; porque de esta manera el corazón que está llagado con el dolor de tu ausencia, sanará con el deleite y gloria de tu dulce presencia. Y añade:
 
Una estrofa del Cántico Espiritual de San Juan de la Cruz.

Y pues me le has robado,
¿por qué así le dejaste?

Robar no es otra cosa que desaposesionar lo suyo a su dueño y aposesionarse de ello el robador. Esta querella, pues, propone aquí el alma al Amado diciendo que, pues Él ha robado su corazón por amor y le ha sacado de su poder y posesión, por qué le ha dejado así, sin ponerle de veras en la suya, tomándole para sí, como hace el ladrón el robo que robó, que de hecho se le lleva consigo.

Por eso el que está enamorado se dice tener el corazón robado de aquel a quien ama, porque le tiene fuera de sí, puesto en la cosa amada; y así, no tiene corazón para sí, sino para aquello que ama. De aquí podrá bien conocer el alma si ama a Dios puramente o no; porque, si le ama, no tendrá corazón para sí propia ni para mirar su gusto y provecho, sino para honra y gloria de Dios y darle a Él gusto, porque cuanto más tiene corazón para sí, menos le tiene para Dios” (C 9, 3-5).





sábado, 1 de febrero de 2020

Florecillas. Poderoso auxiliar de santidad.


P. Luis de la Puente de la Compañía de Jesús


Una de las hijas de Víctor, conserva un libro dedicado a su padre por D. Ramón Pedreira Ancochea: “A mi amigo D. Víctor Rodríguez Martínez ofrezco con alegría este poderoso auxiliar en el camino de la santidad”. Se trata de: “Meditaciones Espirituales para todos los días del año, sacados en parte de las del V. P. Luis de la Puente de la Compañía de Jesús por el P. Francisco de Paula Garzón”.

D. Ramón Pedreira fue durante muchos años director espiritual de Víctor. Esa dedicatoria es señal de la amistad que había surgido entre ellos y del interés que tenía en que Víctor dispusiera de libros espirituales que le ayudasen a alcanzar la cima de la perfección.

Los libros de meditaciones más usados en las comunidades religiosas contemplativas por lo que ayudaban a meditar en los misterios cristianos, fueron los de Fray Luis de Granada y del P. Luis de la Puente. Se trataba de meditaciones para cada día de la semana, unas para la mañana y otras para la tarde.

Meditaciones espirituales del P. Francisco de Paula Garzón.

Lo que hizo el P. Francisco de Paula Garzón, aprovechando los temas de las meditaciones del P Luis de la Puente, es adaptarlas a los tiempos litúrgicos y poner una meditación para cada día del año. De ahí que se desarrolle en 3 volúmenes: El primero va del día primero del año hasta Pascua de Resurrección; el segundo desde Resurrección hasta el 31 de agosto; y el tercero desde el uno de septiembre hasta el último día del año, lo que supone que el regalo sería de los tres volúmenes publicados en Madrid en 1900.

Víctor, asiduo lector de temas espirituales para descubrir la voluntad de Dios en las circunstancias que le tocó vivir, se sirvió siempre de libros espirituales, especialmente del Nuevo Testamento y de las obras de San Juan de la Cruz, pero no fueron los únicos.

Su director espiritual sabía que Víctor dedicaba muchas horas a la oración, pero que pasaba días de total aridez en que nada sentía. Posiblemente pensando en esos momentos de aridez, le hizo este regalo para que, cuando nada sintiera, contase con esta buena ayuda.

Víctor, años más tarde, partiendo de su experiencia, al hablar de esos momentos de aridez, aconseja que se tome algún libro de meditaciones y se lea hasta que surja en el corazón algún sentimiento.