sábado, 31 de julio de 2021

Florecillas Dios lo primero.

Víctor y Asunción a los pocos años de casados.


Siempre le oí decir que para él, primero era su mujer y después sus hijos, pero que lo primero para él era Dios, pues Él le había dado todo lo demás (Teresa).

 

Hoy día, en que abundan los divorcios y separaciones, resulta extraño escuchar a un marido que  el amor a su esposa sea más importante que el amor a sus hijos, pero ese amor se lo infundió el Señor en el sacramento del matrimonio. Por eso afirma en sus escritos: “Cuando al matrimonio llegamos, unidos en Dios quedamos. Al aceptar los hijos que nos dabas, de gracias nos llenabas”.

 

Víctor, al recibir el sacramento del matrimonio, conocía muy bien lo que el Señor respondió a los fariseos cuando, para tentarle, le preguntaron si era lícito al marido divorciarse de su mujer: “Ya al principio el creador los hizo varón y hembra. Y dijo: “por eso dejará el hombre a su padre y a su madre, se unirá a su mujer y serán los dos un solo ser”. De modo que ya no son dos, sino un solo ser; luego lo que Dios ha unido, que no lo separe el hombre” (Mt 19, 4-5).     

    

Víctor y Asunción ya bastante ancianos.

También conocía lo que dice San Pablo al comparar la unión y el amor del hombre y la mujer en el matrimonio, nada menos que con la unión y el amor de Cristo con la Iglesia: “Maridos, amad a vuestras mujeres como Cristo amó a la Iglesia y se entregó a sí mismo por ella, para santificarla… Así deben los maridos amar a sus mujeres. Amar a su mujer es amarse a sí mismo; y nadie ha odiado nunca a su propio cuerpo; al contrario, lo alimenta y lo cuida, como hace el Mesías con la Iglesia, porque somos miembros de su cuerpo. Por eso dejará el hombre a su padre y a su madre y se unirá a su mujer, y los dos serán un solo ser. Este símbolo es magnífico; yo lo estoy aplicando al Mesías y a la Iglesia; pero también vosotros, cada uno en particular, debe amar a su mujer como a sí mismo”  (Ef, 25-33).

 

Víctor, al recibir la gracia del sacramento del matrimonio, amó a su esposa con todo el amor que el Señor desea, hasta identificarse con ella, y amó a sus hijos con corazón de padre, pero tanto el amor a la esposa como el amor a los hijos, eran insignificantes ante el amor a Dios de quien todo procede. Por eso su amor a Dios fue siempre lo primero.





miércoles, 28 de julio de 2021

Testimonios Carmelitas de Boadilla del Monte (II)

Monasterio de las Carmelitas Descalzas
de Boadilla del Monte (Madrid).


R.P: José Francisco Rodríguez:

Jesús sea en nuestras almas y nos llene de su santo amor, apreciado Padre nuestro.

 

Mucho nos ha gustado y entusiasmado la “relación” que hace de nuestro querido y venerado Víctor, su hija Begoña. Verdaderamente que es admirable, sencilla y sublime a la vez la vida de esta alma bellísima, que ya está gozando del Amado a quien amaba su alma. “Gocémonos Amado y vamos a ver en tu Hermosura”. Él ya está contemplando “aquellos ojos deseados que siempre llevó en sus entrañas dibujados”.

 

Con mucho gusto damos nuestro humilde permiso para publicar las letras que le mandamos en su día; y que todo sea para que esta “preciosa violeta” que da su perfume en el carmelo y en la iglesia, sea cada día más amada y conocida, pues no sé que tiene su alma, que nos lleva a desear imitarle, y darse al Señor muy de veras, como él se dio.

 

Por supuesto que le pedimos haga la caridad de mandarnos no un paquete de estampas, sino dos, pues estamos seguras que hará mucho bien a las almas, como lo está haciendo en las nuestras y en nuestra comunidad de este “palomarcito” de Boadilla del Monte, pus le hemos cogido un gran cariño y veneración y nos encomendamos a él con gran confianza y seguridad de que nos escucha y protege.

 

Aquí le mandamos, por medio de cheque, un pequeño donativo, para ayudar en algo a difundir sus estampas y apuntes de su santa y hermosa vida.

Muy unidos en Jesús, María, José y Víctor, su hermano.

Octubre de 2012.

María Ángeles de Santa Teresita, ocd


Refectorio o comedor del monasterio de Boadilla del Monte.



sábado, 24 de julio de 2021

Habla Víctor La Santa Misa

Santa Misa. Momento de la consagración


Esta es el cúlmen de todas;  no sólo es elevación a la Santísima Trinidad, ofrenda única del Hijo en el Calvario, sino que es el centro de nuestra redención, donde se renueva la pasión, muerte y resurrección del Señor. La fe nos tiene que hacer vivir estos momentos en los que incluso nos alimentamos de su cuerpo, sangre, alma y divinidad. Aprovechemos todos los días estas íntimas gracias que gratuitamente se nos dan. Vendamos nuestra voluntad a la obediencia, a los pobres, enfermos, sobre todo a los que más sufren y muy especialmente a los agonizantes y vayamos a Cristo por mansedumbre y humildad y sigámosle hasta el calvario y sepulcro y llegaremos a la perfección.

 

En esta ocasión, más que comentarios, lo que debemos hacer, es comprobar como lo que aquí dice Víctor, concuerda plenamente con lo que enseña el “Catecismo de la Iglesia Católica” en los números 1324 – 1327, como introducción al Sacramento de la Eucaristía:

 

 “La Eucaristía es fuente y cima de toda la vida cristiana. Los demás sacramentos, como también todos los ministerios eclesiales y las obras de apostolado, están unidos a la Eucaristía y a ella se ordenan. La sagrada Eucaristía, en efecto, contiene todo el bien espiritual de la Iglesia, es decir, Cristo mismo, nuestra Pascua. La Eucaristía significa y realiza la comunión de vida con Dios y la unidad del pueblo de Dios por las que la Iglesia es ella misma. En ella se encuentra a la vez la cumbre de la acción por la que, en Cristo, Dios santifica al mundo, y del culto que en el Espíritu Santo los hombres dan a Cristo y por Él al Padre.

 


Santa Misa. Momento de la comunión de los fieles

Finalmente, por la celebración eucarística nos unimos ya a la liturgia del cielo y anticipamos la vida eterna cuando Dios será todo en todos. En resumen, la Eucaristía es el compendio y la suma de nuestra fe”.

 

Y como así lo entendió Víctor, no deben extrañarnos los sacrificios que realizó durante los 12 años que vivió en Velillas del Duque, al tener que desplazarse a diario a los pueblos cercanos para no privarse de esta bendición.


miércoles, 21 de julio de 2021

Florecillas. Dar a conocer a Jesús.

Rebeca el día de su bautismo con sus abuelos
en Velillas del Duque´.


Una vez (fue mi padre) a buscar a Rebeca a la catequesis, y como no salía, bajó hasta los salones parroquiales a buscarla. Allí habló con Caty, su catequista y la dijo que la enseñara a conocer a Jesús a su nieta, que luego Rebeca ya lo sentiría en su corazón Hasta el día de hoy, han pasado muchos años, y Caty no se ha olvidado de lo que le dijo mi padre, pues le llegó muy hondo y son muchos los años que lleva de catequistas de niños” (Teresa)

 

Porque Víctor amaba de corazón a sus nietos, deseaba para ellos lo mejor, y lo mejor no era la abundancia de bienes materiales que a veces nos apartan de Dios, sino el encuentro y la amistad con Jesús, el único capaz de darnos la felicidad plena. Por eso aprovechaba todas las ocasiones para sembrar en los corazones de sus nietos la semilla de la fe y de la esperanza, y procuraba que también otros lo hicieran con sus palabras y con su ejemplo, como era el caso de las catequistas.

 

Rebeca con su hermana Sara y los abuelos
el día de su Primera Comunión.

¡Qué la diría y con que amor lo haría, para que Caty quedara tan impresionada que no haya podido olvidarlas después de tantos años! Debieron ser palabras de aliento a proseguir su tarea evangelizadora y que nunca se cansara de sembrar la semilla de la fe en los corazones de los niños, con la confianza de que esa semilla, a su tiempo crecería y daría sus frutos.

 

Siempre asistió a los bautismos y a las primeras comuniones de sus nietos, es más, fueron de los momentos más felices de su vida y los celebró con inmensa alegría. Con qué amor y confianza pediría a Jesús que nunca se apartara de sus nietos, sino que hiciera en ellos su obra y su voluntad. Veía a Jesús presente en sus corazones y le pedía que estableciera en ellos su morada.



sábado, 17 de julio de 2021

Testimonios Carmelitas Descalzas-Bobadilla del Monte.

 Iglesia de las Carmelitas Descalzas
 de Boadilla del Monte


P. Fray Francisco Rodríguez

Pax Christi.

 

La gracia del Espíritu Santo more siempre en nuestras almas y nos llene de su santo amor, apreciado P. Francisco.

 

Hemos leído y releído la preciosa, sencilla, profunda y piadosísima Vida de su querido hermano, el Siervo de Dios, Víctor Rodríguez. Florecilla que seguro enamoró el corazón dulcísimo de Jesús y en Él encontró él “sus delicias, su gozo y su corona”. ¡Cuánto bien han hecho a nuestras almas sus Datos Biográficos…! Una vida riquísima de gracias y Dones del Espíritu Santo.

 

Verdaderamente que sería de mucha gloria de Dios iniciar su Proceso de Canonización, pues, ¡aquí hay madera de santo! ¡Y además una santidad “a lo teresiano y al mismo tiempo, ejemplo maravilloso de una vida heroica; toda de Jesús y de María, de Eucaristía.

 

Nos encomendamos a él, con la total convicción de que es una preciosa estrella más que, que un día hermoseará la constelación de nuestros santos carmelitas; que enriquecerá nuestra Sagrada Orden del Carmen y a nuestra amada madre la Iglesia.

 

Les deseamos un santo y feliz día de Santa Teresita y de nuestra Santa Madre Teresa. Nuestro hermano Víctor un buen lugar junto a ellas y a nuestro Padre San Juan de la Cruz.

 

Unidos en Jesús, María, José y Teresa, sus hermanas de este “palomarcito de Boadilla del Monte.

Septiembre de 2012.

María Ángeles de Santa Teresita

OCD


Patio y claustro del convento de las Carmelitas
de Boadilla del Monte




miércoles, 14 de julio de 2021

Habla Víctor. Presencia de Dios (II)

Experimentando la presencia de Dios ante el Santísimo.

Como todo lo relacionado con Dios, a los principios todo parece imposible. Si se persiste, pronto llega la gracia a socorrer. Una vez conseguido el propósito, irá creciendo en manifestaciones de gracias y amor a Dios, en cualquier circunstancia de la vida, por muy grande que pueda ser. Hay que darse cuenta que la Santísima Trinidad mora en toda alma, aunque no sea por gracia, al menos está presente como fuente de vida. Aun sabiendo que con quien está hablando vive en pecado grave y público, es hija de Dios, y puede convertirse en cualquier momento y aprovechar mucho. Si además tu naturaleza repele su presencia y modo de ser, puedes ejercer la caridad de hablar y escucharle por amor a Dios. Este lo pagará crecidamente.

 

Ya indicamos anteriormente que Dios está presente aun en el alma del mayor pecador, como aquí nos recuerda Víctor de nuevo, y que puede en cualquier momento cambiar radicalmente, como nos consta en el Evangelio que habla de grandes pecadores que pasaron a ser santos. El más radical es el del Buen Ladrón, que tras pasar su vida alejado de Dios y haciendo todo tipo de maldades, minutos antes de morir crucificado con Jesús, reconoció sus pecados y obtuvo el perdón, pasando así de pecador a Santo en pocos minutos, pues la Iglesia le reconoce como Santo con el nombre de Dimas.

 

San Dimas, el buen ladrón
 transformado por la presencia de Cristo.

Pero esto no suele ser lo normal, sino que para sentir una presencia de Dios permanente, tiene que pasar mucho tiempo, pero si uno lo intenta y pone los medios para conseguirlo, el Señor se lo concede, como es el caso de Víctor, que al final de su vida pudo confesar:  Varios años tuve y tengo de poseer la gracia de estar orando, ya fuese comiendo, trabajando, viajando, e incluso cuando estaba dialogando con personas”. Con una presencia permanente de Dios así, no es extraño que su trato con los demás fuera siempre amable.



sábado, 10 de julio de 2021

Florecillas Abuelo cariñoso y servicial

Víctor y Asunción con sus ocho nietos.


Cuando mis padres pasaban temporadas en mi casa, él llevaba a mis hijas al colegio, o las recogía de la catequesis” (Teresa)

 

Sus ocho nietos sin excepción recuerdan a su abuelo Víctor con un cariño muy especial, y los que pudieron pasar durante unos años sus vacaciones con los abuelos en Velillas del Duque, siguen añorando aquellos días.

 

Y no es porque les regalara muchos chuches, ni les dejara hacer lo que quisieran, sino porque compartía el día con ellos, jugaba con ellos, les estimulaba y les transmitía confianza. Y como los niños tienen un instinto especial para descubrir quien les quiere de verdad, todos deseaban pasar algunos días con él o que les visitase en sus hogares. Y la verdad es que nunca les defraudaba. A pesar de sus años, no tenía reparo en llevarles a los parques para que jugaran  y él mismo les subía a los columpios y les balanceaba.

 

Víctor y Asunción con sus cuatro nietas más pequeñas.

En Velillas del Duque hacía con ellos paseos por los campos y les explicaba todo lo que veían, acomodándose a su edad; cómo vivían los distintos animales, las cualidades de los pájaros, etc. Y lo que más les gustaba era que en pleno verano les llevase al río Carrión y les dejase bañar en los lugares que no ofrecían ningún riesgo y bajo su vigilancia.

 

Pero, como santo que era, aprovechaba todas las oportunidades que se brindaban para hablarles de Jesús, enseñarles algunas oraciones y visitar la Iglesia del pueblo, porque esa es la casa de Jesús, el mejor amigo de los niños.



miércoles, 7 de julio de 2021

Testimonios. Antonio Benéitez OCD.

Sepulcro de San Juan de la Cruz en los Carmelitas de Segovia.


Segovia, 26 de mayo de 2015

 

Querido Padre José Francisco:

 

Acaban de llegar los libros con la biografía de Víctor, precisamente hoy, día de San Felipe Neri a cuya Congregación perteneció. Sin duda, lo que más me está gustando de los añadidos, son las cartas a la monja contemplativa, así como algunos testimonios.

 

Me has pedido que te escriba el eco que ha tenido en mi alma la lectura de la biografía de tu hermano Víctor, escrita por el P. José Vicente. Lo hago ahora, y lo centro en lo que más me ha impresionado del testimonio cristiano de Víctor: la perseverancia en una amplia, generosa y profunda ORACIÓN contemplativa nocturna y diaria. Es lo que más me ha impactado de su “vida impactante”.

 

Generalmente, se mide lo que amamos a una persona o cosa por el tiempo que le dedicamos. Esta ley ordinaria se cumple en Víctor, que dedicaba tanto tiempo a su familia, al trabajo para sostener a su familia, al apostolado, a la caridad con los más desfavorecidos, y no tenía tiempo para él.

 

Y lo que más me ha llamado la atención de la biografía, es el tiempo que dedicaba exclusivamente a Dios: todas las noches del año, y cada año quince días en Las Batuecas.

 

Y eran estas oraciones nocturnas (como las de Jesús) contemplativas: Fijar la mirada en Nuestro Señor y estarse con Él; hermoso ejemplo para seglares, sacerdotes, y para nosotros, los frailes, especialmente llamados a “oración y contemplación”

Un abrazo de tu hermano.

Fr. Antonio Benéitez ocd.

 

 

Capilla del Centro de Espiritualidad de los Carmelitas en Segovia

 

 


 

 

 

sábado, 3 de julio de 2021

Habla Víctor. Presencia de Dios (I)

 Persona humilde y arrepentida en presencia de Dios.


Buscar continuamente la presencia de Dios en el alma; hay que activar la imaginación y pensar lo que es verdad, o sea, que la Santísima Trinidad mora continuamente en nuestra alma. Traer este recuerdo siempre que sea posible, aun en medio de contacto con personas y estas sean de las que hacen sufrir; aun mejor con estas, por ser más meritorio y costoso.

También se puede imaginar cualquier paso del Nacimiento, Pasión, Muerte y Resurrección del Señor, pues aunque no está en el alma como hombre, al menos recibiremos todo cuanto nos mereció y está activando el alma.

 

Recordemos lo que dicen los teólogos: que Dios está en todas las almas, aun en las de los mayores pecadores conservando su ser, pues de no ser así, dejarían de existir. A este modo de estar Dios presente en todas las almas, se denomina “unión sustancial”. Pero para los creyentes, lo más importante es saber que Dios está también en las almas de forma sobrenatural por amor y gracia cuando el alma está en conformidad con la voluntad de Dios. A esta unión la llaman “unión sobrenatural”.

 

Arrodillado en medio del mundo sintiendo la presencia de Dios.

Es lo que San Pablo denomina “estar con Cristo”, o mejor, “Cristo en nosotros”, fórmula que encontramos repetida en sus cartas más de cien veces. Estas expresiones indican  la comunión más íntima que se puede pensar con Cristo: Los cristianos estamos permanentemente en Cristo, que es quien nos da vida y nos santifica.

 

Pues si Cristo está siempre en nosotros, lo normal es que recordemos su presencia en todo momento. Los ermitaños trataron de vivir esta realidad y muchos lo consiguieron a través de la oración. En los noviciados de algunas órdenes religiosas existía la costumbre de tener un encargado cada semana de tocar unas tablillas cuando se estaba en tiempo de recreo, para interrumpir la recreación y guardar un minuto de silencio para recordar esa presencia del Señor. Era un modo práctico de ayudar a recordar que Dios está presente en todo momento, no sólo cuando se está en la iglesia o haciendo oración.