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Iglesia Parroquial de Nigrán dedicada a San Felix |
D.
Alberto Jorge Lence Adrio, vecino de Nigrán (Pontevedra) es otro de los
favorecidos por intercesión de Víctor para aceptar, como vimos que aceptó
Patricia su situación de tener que moverse en silla de ruedas.
D.
Alberto Jorge tiene estrecha relación con las carmelitas descalzas de Sabarís y
allí fue donde tuvo conocimiento de la santidad de vida de Víctor. Hombre
además comprometido con la Iglesia y propagador como pocos de la Adoración
nocturna, llevaba sin embargo muy a disgusto el tener que caminar en silla de
ruedas, porque le limitaba en sus acciones apostólicas.
Al
entablar relación con el P. José Francisco que estaba destinado en Vigo, ciudad
cercana a Nigrán, éste le enseñó la correspondencia que había mantenido con
Raúl Porras relacionado con su esposa Patricia y le recomendó que, como ellos,
se encomendase a Víctor para que le sanase o para que le concediese el don de
aceptar sus limitaciones como una gracia de Dios. Así lo hizo y el resultado
fue muy semejante al de Patricia, como manifiesta en una carta al P. José
Francisco:
P.
José Francisco Rodríguez:
Mil
gracias doy a Dios por usted, caro P. Francisco, por cuanto hace, por lo que
dice, por ponernos a ¡VÍCTOR! tan cerca.
Yo
ya le estoy pidiendo cosas desde el primer momento. Pero no tienen que ser
cosas aparatosas, por ejemplo, que afecten a mi movilidad. El favor que me
hizo el Señor “sentarme así” y los favores que tengo que pedir son que sepa
aceptar su voluntad. Pero sí le pido y estoy viendo resultados en otras
cosas y a él atribuyo favores.
Vamos
a seguir encomendándonos a Víctor. No lo de andar o desandar en silla de
ruedas, pues ni me paro a “contrariar al Señor” una vez aceptada su santa
voluntad.
Como
antes, hablando con el P. José Francisco le había manifestado lo contrariado
que estaba por tener que movilizarse en silla de ruedas, lo que limitaba mucho
sus actividades, incluidas las religiosas, le contestó en estos términos:
“Me
dices en tu carta que te sientes tan contento de estar sentado en la silla que
el Señor te tiene tan amorosamente sentado, que ni deseas pedirle la gracia de
poder caminar. Yo doy gracias a Dios por haberte concedido gracia tan singular
y doy gracias al Señor por haberte concedido gracia tan singular por mediación
de Víctor”.
Relacionando
este hecho con el de Patricia, la esposa de Raúl Porras, hace este comentario
el P. José Francisco: “Estos hechos recuerdan lo que hizo Víctor cuando
quedó arruinado, que consideró siempre su ruina económica como la mayor gracia
que había recibido de Dios y no se cansaba de dar por ello gracias a Dios, por
lo que entiendo yo que va a ser esta la línea de las conversiones en la que el
Señor le va a conceder a Víctor más fuerza de intercesión… En curaciones
físicas, que sirven para esta vida, por supuesto que también, pero sobre todo
en curaciones del alma que sirven para esta vida y para la otra”.
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