miércoles, 28 de noviembre de 2018

Florecillas. O lo dejas de hacer o te dejo.

Tienda de piensos para animales.


Con un socio tuvieron en Medina del Campo una tienda de piensos. Víctor llegó a darse cuenta que el socio mezclaba arena con el pienso. Enseguida le dijo que eso no era lícito, que no lo hiciese nunca. Pero él continuó haciéndolo. Entonces Víctor le dijo: O lo dejas de hacer o te dejo, y como no dejó de hacerlo, dejó al socio (P. Jacinto María).

La picaresca siempre ha convivido con los españoles de todos los tiempos y hasta ha dado origen a una literatura especial llamada “picaresca”. El añadir agua a la leche o al vino ha sido tan común, que los compradores partían del principio de que les engañaban. Se contentaban con que el engaño fuera mínimo y que tanto la leche como el vino pudieran tomarse sin problemas.

Tienda de venta de huevos.

Lo que nadie hubiera pensado es que, para aumentar el peso y volumen de la harina y de los piensos compuestos para animales, a alguien se le ocurriera añadir arena, que por ser indigesta para los animales, les podría ocasionar daños irreparables.

¿Cómo se enteró Víctor de lo que estaba haciendo su socio? ¿Se quejó algún cliente de la mala calidad o de las molestias que sufrían sus animales? Una vez enterado, advirtió al socio y controló si seguía o no mezclando arena con los piensos, y como comprobó que seguía haciéndolo a pesar de sus advertencias, rompió con él. No le importó dejar de ganar y ampliar los bienes de su familia.

Ejemplo de pienso para animales

Cuando  Víctor se dio cuenta de que la venta de huevos le era rentable a los precios que le ofrecían los grandes compradores y comprobó que en el mercado de Medina los precios eran superiores a los que le ofrecían, concibió y llevó a la práctica la idea de abrir una tienda para la venta directa y para ello necesitaba un socio que pudiera atenderla. La tienda que se abrió para la venta de huevos, muy pronto la amplió para la venta de piensos. Ya que tenía que comprar piensos para sus gallinas, y le resultaban más baratos cuánto mayor era el volumen de pedidos, decidió vender también piensos en la tienda a precios de competencia con los que ofrecían otras tiendas de Medina del Campo.

Seguro que el socio elegido sería persona conocida y considerada como responsable, pues de lo contrario no habría abierto ese negocio. Por eso fue duro para él tener que despedir al socio. Por eso le advirtió y le exigió un cambio radical. Al proseguir con su práctica avariciosa e irresponsable, en lugar de despedirle, optó por dejarle a él la tienda y alejarse de la corrupción.

Pudo hacer la vista larga, como solemos decir, y no vigilar ni controlar ni meterse en lo que hacía el socio y limitarse a comprobar el cuadre diario de caja sin más, pero consecuente con su honradez, prefirió apartarse y entregar el negocio al socio a conseguir ganancias ilícitas.


sábado, 24 de noviembre de 2018

Habla Víctor. Dentro de mí entré.


Dentro de mí entraré y oraré.

Dentro de mí entraré y oraré y allí mismo a la Santísima Trinidad amaré. La gloria de Dios gustaré. En ella me gozaré. En fe y en caridad viviré. Así hallaré todo lo que deseé, que solamente Dios es.

En estas breves palabras resume las experiencias que fue teniendo en su frecuente y silencioso encuentro con la Santísima Trinidad. Nunca se sentía tan acompañado, como cuando se centraba en la Santísima Trinidad realmente presente en Él. De ahí su búsqueda de la soledad, de aprovechar la tranquilidad de la noche para que ningún ruido exterior pudiera perturbarle y distraerle y así amar y disfrutar del amor de la Santísima Trinidad.

Víctor conocía muy bien a Isabel de la Santísima Trinidad, y es más que probable que en ocasiones usara sus “Exclamaciones” para alabar y glorificar al Dios Trino en el fondo de su alma. Pero, quien le orientó y le lanzó hacia la soledad para allí encontrarse con el Dios Trino, fue su maestro San Juan de la Cruz, al que en este y otros casos tenemos que acudir para entender las palabras y experiencias de Víctor.

En fe y caridad viviré.

La primera y gran afirmación de San Juan de la Cruz, se refiere a la presencia de Dios en el alma de todos, incluso en la del mayor pecador: “Es de saber -dice- que Dios, en cualquiera alma, aunque sea la del mayor pecador del mundo, mora y asiste sustancialmente. Y esta manera de unión siempre está hecha entre Dios y las criaturas todas, en la cual las está conservando el ser que tienen; de manera que si de ellas de esta manera faltase, luego se aniquilarían y dejarían de ser” (2S 5, 3).

Como consecuencia de esta primera afirmación, saca una conclusión que nos debe llenar de alegría y esperanza a todos los creyentes: Grande contento es para el alma entender que nunca Dios falta del alma, aunque esté en pecado mortal, cuanto menos de la que está en gracia” (C 1, 8).

Por si fuera poco, en el “Cántico Espiritual”, comentando las palabras “Adónde te escondiste” con que inicia la primera canción, nos da una preciosa explicación de la presencia de Dios en el alma, que es donde debemos buscarle:

El Verbo Hijo de Dios, juntamente con el Padre y el Espíritu Santo, esencial y presencialmente está escondido en el íntimo ser del alma; por tanto, el alma que le ha de hallar conviene salir de todas las cosas según la afección y voluntad y entrarse en sumo recogimiento dentro de sí misma, siéndole todas las cosas como si no fuesen. Que por eso San Agustín, hablando en los Soliloquios con Dios, decía: No te hallaba, Señor de fuera, porque mal te buscaba fuera; que estabas dentro. Está, pues, Dios en el alma escondido, y ahí le ha de buscar con amor el buen contemplativo(C 1, 6).

La gloria de Dios gustaré.

Y concluye con esta exclamación: “¿Qué más quieres, ¡oh alma!, y que más buscas fuera de ti, pues dentro de ti tienes tus riquezas, tus deleites, tu satisfacción, tu hartura, y tu reino, que es tu Amado, a quien desea y busca tu alma? Gózate y alégrate en tu interior recogimiento con Él, pues le tienes tan cerca. Ahí le desea, ahí le adora y no le vayas a buscar fuera de ti, porque te distraerás y cansarás y no le hallarás ni gozarás más cierto, ni más presto, ni más cerca que dentro de ti” (C 1, 8).                                

¡Qué bien lo entendió y lo puso en práctica Víctor!


miércoles, 21 de noviembre de 2018

Testimonios D. Paco Teresa León

Parroquia San Clemente Romano en Madrid.


Al poco tiempo de tomar posesión como párroco de la Iglesia de San Clemente Romano de Oroquieta de Madrid, se presentó un matrimonio, Víctor y Asunción con el fin de colaborar en la parroquia. Mi sorpresa mayor fue que él venía a la iglesia todos los días media hora antes de comenzar la misa.

Este tiempo, él lo dedicaba a realizar oración interiormente. Con el paso del tiempo fue aumentando nuestra relación y confianza por lo que un día le pregunté: ¿En qué consiste esa oración interior, Sr. Víctor? A lo que él respondía. Naturalmente en pedir por mí, para que sea un cristiano auténtico y puedo dar fe que lo era un auténtico cristiano. A esto yo respondía que era un santo varón (produciendo en él una sonrisa) y siempre contestaba: Gracias, Padre, pero me falta mucho para serlo. Y yo le volvía a preguntar: ¿Y por quién más pide? A lo que él respondía: por los sacerdotes.

Víctor de padrino de bautismo de dos gitanos en San Clemente Romano.

Me ayudaba en el despacho y en las cosas de la iglesia. Con frecuencia iba a visitar al Santísimo. Cuando yo iba a buscarle, siempre le encontraba de rodillas delante del sagrario. El Sr. Víctor tenía tanto amor a Jesús y tanta devoción a la Santísima Virgen, que todos los días rezaba el santo rosario en familia y comulgaba. Fue tanto el ejemplo que dio como padre de familia que tuvo dos hijas religiosas y esto le hizo feliz.

En Semana Santa ayunaba y su ayuno consistía en comer pan y agua. Velaba el Santísimo durante toda la noche. Al cerrar yo la iglesia, él se quedaba solo hasta la mañana siguiente que yo abría a primera hora del día.

Interior de la Iglesia de San Clemente Romano.

Como siempre era voluntario para todo lo que yo necesitaba, le pedí que hiciera de padrino de dos gitanos adultos, cosa que aceptó con todo gusto.

Siempre le tendré en mi mente como una persona sonriente, pasase lo que pasase. En cualquier circunstancia cotidiana, él mantenía la sonrisa.

Espero que pueda llevar a buen fin su causa de beatificación.

sábado, 17 de noviembre de 2018

Florecillas Vacunando gallinas P. Juan Jesús, testigo de esta florecilla.


P. Juan Jesús, testigo de esta florecilla.


Siendo seminarista, tuve la oportunidad de tratar directamente con el Sr. Víctor en una campaña de vacunación del gallinero carmelitano enclavado en una finca cercana a la ciudad. Me tocó ser uno de sus ayudantes o colaboradores en la provisión de las aves. Me quedó muy buena impresión humana de las horas que pasé a su lado: sociable, alegre, optimista e interesado por nuestros estudios y vocación religiosa (P. Juan Jesús).

Como muy bien recuerda el P. Juan Jesús, los carmelitas descalzos tienen en las afueras de Medina del Campo una finca en la que sembraban fundamentalmente cereales y legumbres para contribuir a la alimentación de los niños internos del colegio de aspirantes a la vida religiosas, en el que por cierto, en esas fechas se formaban dos hijos de Víctor, que no siguieron adelante, con desencanto de su padre.

Víctor trabajando en su granja de Medina del Campo.

En la finca tenían también vacas y ovejas, y por consejo de Víctor, montaron también una granja avícola. Pero Víctor no se limitó a dar consejos, sino que se implicó en la construcción de los gallineros, en la revisión y buen funcionamiento de las instalaciones, y más tarde, como nos recuerda Juan Jesús, hasta se dedicó a la importante tarea de  la vacunación para conseguir gallinas sanas y buenas ponedoras.

Aún no se había convertido y ya comprobamos su disponibilidad a toda obra buena en favor de los demás. En este caso podemos considerarlo como algo normal, ya que dos de sus hijos se formaban en el colegio carmelitano al que se destinaban los beneficios.

Además, ya se destacaban facetas que posteriormente llegarían a ser connaturales en él, como la alegría, el optimismo, el trato sociable y el interés por los demás. Sin duda que si el P. Juan Jesús recordó esas campañas de vacunación con cariño, fue por el interés que le mostró por sus estudios y por su vocación. ¿Por qué un señor trabajador se preocupaba por su vocación y sus estudios?

Monasterio fundado en 1567 por Santa Teresa en Medina del Campo´

Ese trato tan cercano y optimista le animó al joven Juan Jesús a trabajar con ahínco para ir cogiendo las gallinas y ayudarle para que las pusiera las vacunas con mayor facilidad y le quedó un imborrable recuerdo de aquel hombre a quien “le gustaba vestir bien y fumar buenos puros”, pero que no escatimaba ningún esfuerzo para hacer el bien desinteresadamente ni rebajarse a una tarea más propia de empleados que de un señor burgués.

Y lo que hacía en la granja de los religiosos carmelitas, lo hacía también con las Carmelitas Descalzas de la segunda fundación de Santa Teresa en Medina del Campo, sólo que aquí, además de montar un pequeño gallinero para consumo de la comunidad y encargarse de su mantenimiento, cuando llegaba el momento de la vacunación, nadie le acercaba las gallinas. Y todo lo hacía gratuita y desinteresadamente. En este caso, su especial recompensa era visitar la casa que fundó Santa Teresa y trabajar dentro de la huerta en que ella trabajó.

Sí él y su familia vivían holgadamente gracias a los beneficios de su granja agrícola, ¿por qué no hacer participes de esos beneficios a los demás?

miércoles, 14 de noviembre de 2018

Habla Víctor La Santísima Trinidad Misterio de la Santísima Trinidad

Misterio de la Santísima Trinidad


La Santísima Trinidad, dentro de mi alma está. El Padre que me creó, dentro de ella se quedó. El Hijo me redimió y de sí me alimentó y entero se me dio. El Espíritu Santo en el bautismo también dentro se quedó.

¡Qué bien entendió Víctor el misterio de la Santísima Trinidad y el de la inhabitación en el alma! En un escrito suelto lo expresa de este modo: “En mi alma somos dos: criatura y creador. Mejor dicho: somos cuatro, ya que Dios, Tres Personas son. ¿Cómo pueden ser juntos el bien y el mal en esta morada tan sucia? Sólo por su infinito amor”.

La Santísima Trinidad nos incorpora a su vida íntima mediante la gracia del bautismo. De esta incorporación a la vida trinitaria por la gracia se derivan todos los demás principios divinizadores de nuestro ser atribuidos al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo.

Dios como Padre cariñoso y protector.

El Padre me creó, dentro de mi alma se quedó: Porque es Dios el que nos ha creado, el que nos ha dado la vida a través de nuestros padres que han sido los medios de que se ha servido, Él  es el verdadero padre. Cuando los discípulos le pidieron a Jesús que les enseñase a orar, como respuesta nos dejó el “Padre nuestro”. Y las primeras palabras con las que Jesús quiere que nos dirijamos a Dios, son las de: Padre Nuestro. Si Dios todopoderoso,  el creador de cielos y tierra, para nosotros es ante todo “Padre” y lo es con todas las consecuencias, pues, como dice San Pablo, “si somos hijos somos también herederos, herederos de Dios y coherederos con Cristo”, ¡Cómo no vivir llenos de alegría y esperanza!

Jesús no solamente nos ha revelado que Dios es nuestro padre, sino que es el mejor de los padres: “Si vosotros que sois malos, dais cosas buenas a vuestros hijos, que no hará vuestro Padre celestial”. Comprobamos efectivamente cómo hasta los padres más crueles y depravados, capaces de matar sin compasión por simples ganancias, son tiernos y delicados con sus hijos y les ayudan y protegen con todas sus fuerzas.

Dios Padre siempre misericordioso y acogedor.

Qué bien entendió Teresa de Jesús a lo que Dios se comprometía al ser nuestro Padre, por lo que se encara con Jesús diciéndole: “¿Cómo nos dais en nombre de vuestro Padre todo lo que se puede dar, pues queréis que nos tenga por hijos, que vuestra palabra no puede faltar? Le obligáis a que la cumpla, que no es pequeña carga, pues en siendo Padre, nos ha de sufrir por graves que sean las ofensas. Si nos tornamos a Él, como el hijo pródigo nos ha de perdonar, nos ha de consolar en nuestros trabajos, nos ha de sustentar como lo ha de hacer un tal Padre, que forzado ha de ser mejor que todos los padres del mundo, porque en Él no puede haber sino todo bien cumplido; y después de todo esto hacernos participantes y herederos con Vos” (C. 27, 2).

La pregunta que se hace al final tratando de la inhabitación de la Santísima Trinidad en el alma: “¿Cómo pueden ser juntos el bien y el mal en esta morada tan sucia? El mismo la responde con pleno acierto: “Sólo por su infinito amor”.


sábado, 10 de noviembre de 2018

Testimonios P. Jacinto María

P. Jacinto María, amigo y consejero de Víctor.

                     
Me es muy grato en el Señor recordar y transmitir las virtudes que irradiaba nuestro querido amigo Víctor. No puedo recordar el orden cronológico de los acontecimientos. Algunos años fueron muy difíciles para él.

Con un socio tuvo en Medina del Campo una tienda de piensos. Víctor llegó a darse cuenta que el socio mezclaba arena con el pienso. Enseguida le dijo que eso no era lícito, que no lo hiciese nunca. Pero él continuó haciéndolo. Entonces Víctor le dijo: O lo dejas de hacer o te dejo, y como no dejó de hacerlo, dejó al socio.

Durante la crisis avícola nacional fue pidiendo préstamos al banco hasta que llegó la deuda a su límite. Entonces dejó al banco la granja, satisfaciendo así toda la deuda. Consideraba que era tanto como debía.

Colegio de los Carmelitas en Medina del Campo donde se conocieron el P. Jacinto María y Víctor.

Se trasladó a Madrid buscando empleo y lo encontró en la Fábrica embotelladora de Pepsi Cola. Trabajaba dos turnos (16 horas) para sostener a su familia, con siete hijos, si no me acuerdo mal.

El compañerismo con los obreros fue grande. Se ganó la confianza de ellos con la bondad de corazón y la disponibilidad. Si alguno le pedía cambiar el turno de trabajo, al momento se lo aceptaba y le decía que a él le daba igual trabajar por la mañana, que por la tarde, que por la noche. La confianza llegó con algunos o muchos hasta manifestarle a Víctor cuestiones de sus conciencias de su vida cristiana. Por ello llegó  a que algunos hiciesen Cursillos de Cristiandad. Esto requería que los jefes de la empresa les concedieran permiso para dejar el trabajo durante los tres días que duraban los cursillos (viernes, sábado y domingo). Víctor se encargaba de conseguir el correspondiente permiso.

Algún compañero llegó a decirle que hacía muchos años que no se confesaba. Dialogando con él con toda bondad y dulzura le propuso que acudiese al confesor que él mismo le proponía. Le respondió que no, porque después se lo diría a la policía y le llevarían a la cárcel. En algunos casos, trabajando con el modo sencillo y continuado que tenía, decía a Jesucristo que “teníamos” que ganar a este compañero, repitiendo frecuentemente la súplica.

Monasterio de las Batuecas donde ambos coincidieron en varias ocasiones.

Mantenía espíritu de oración. Ya al ir a la fábrica, en Madrid, temprano, en el Bus, a esas horas iba rezando el Oficio Parvo de la Virgen. Como esto era habitual, el cobrador del autobús llegó a preguntarle que cuando terminaba de leer ese libro tan pequeño.
Los domingos visitaba hospitales, llevaba obsequios a los enfermos y les atendía, dialogaba amablemente con ellos y algunos le abrían su conciencia. Les decía que él no podía confesarles, pero podía facilitarles un sacerdote. Le llamaban el P. Víctor.

La oración de corazón transforma la vida. Es la tesis de Santa Teresa con su autobiografía. Así, Víctor, en los tiempos de crisis se mantenía manso y humilde. No manifestaba su difícil situación y no se le notaba ni en el rostro ni en su conversación. Si se le preguntaba, se manifestaba sencillamente. A los que le habían perjudicado ¡y tanto!, llegó a decir que no sólo les perdonaba, sino que les amaba, con la gracia y la doctrina del Evangelio y del Carmelo.


miércoles, 7 de noviembre de 2018

Florecillas Padrino de dos Gitanos

Castillo de La Mota en Medina del Campo.

Como siempre era voluntario para todo lo que yo necesitaba, le pedí que hiciera de padrino de dos gitanos adultos, cosa que aceptó con todo gusto. (D. Paco Teresa León). Seguro que D. Paco nunca tuvo que buscar padrinos para los hijos de feligreses normales, pero el caso de los gitanos era diferente ya que generalmente, ni se integran en la sociedad ni son creyentes y por eso motivo no pudo encontrar padrinos entre sus familiares.

Víctor, no solamente aceptó, sino que, por lo que refiere Eva, “Aceptó con mucho gusto ser padrino de dos jóvenes gitanos que deseaban bautizarse. No sólo aceptó, sino que se le notaba lleno de gozo por tener dos ahijados gitanos. Le pedía a mi madre alimentos para llevárselos. Ellos se acercaron en una ocasión a nuestra casa, acompañados por sus padres para traerle un obsequio, en agradecimiento por todo lo que hacía por ellos”.

Granja avícola de Víctor en las laderas del Castillo.

Cuando Víctor llegó a Medina del Campo para instalar una granja avícola, el lugar donde la construyó fue junto a un barrio de gitanos ubicado a los pies del famoso castillo de La Mota. De hecho, para ir de su casa de Medina a la granja, tenía que pasar por ese barrio de gitanos, así es que le resultaban conocidos.

No hay noticias de que entablara con ellos una amistad especial, pues los gitanos siempre han tenido fama de no tratarse con los que ellos denominan “payos” y tienen fama bien ganada de ser amigos de lo ajeno, por lo que es más que probable que alguna gallina le desapareciera a Víctor sin que se lo recriminara.

Si cuando aún no se había convertido al Señor, nunca tuvo conflictos con los gitanos, ya vemos por el testimonio de Eva la alegría que le dio su elección para ser padrino, pues le brindaba la oportunidad de iniciarles y acompañarles en el desarrollo de su fe, que les resultaría bastante difícil en su ambiente.

Víctor apadrinando el bautismo de dos gitanos
De por sí, el grupo gitano nunca ha sido cercano a la Iglesia ni a la sociedad. Nunca se han integrado ni lo desean. El bautizarse, hacerse creyente y participar en las celebraciones con los payos, siempre ha sido mal visto por el grupo, pues supone un acercamiento a los payos y un vivir como ellos.

Ya vemos la alegría con que aceptó la invitación del párroco y la buena disposición para cumplir con su compromiso. Su hija Eva habla de que les llevaba alimentos y da a entender que lo hacía con frecuencia, con lo que se ganó su confianza, Aunque nada diga de su formación religiosas, seguro que aprovechaba esas visitas para animarles a cumplir con sus compromisos bautismales, pues los padrinos de bautismo no lo son para ofrecer obsequios y regalos, sino para velar por su fe. Es una de las preguntas que se les hace de si están dispuestos a velar por su formación cristiana. Víctor se comprometió y cumplió fielmente con ese compromiso y al ver a sus gitanos comportarse como buenos creyentes,  fue para él motivo de especial alegría.


sábado, 3 de noviembre de 2018

Habla Víctor Dentro de mí entré

Víctor en oración en la Iglesia de las Carmelitas de Sabarís.


Dentro de mí entré. Allí oré en fe. En silencio me quedé. Pacientemente esperé. De bondad y caridad me llené. Virgen Santa Madre de Dios.

En estas breves palabras resume Víctor la trayectoria de su vida contemplativa que no fue fácil ni mucho menos, sino el resultado de un largo camino recorrido con fuerza de voluntad inquebrantable, guiado por el mejor conocedor de esos caminos de la contemplación, San Juan de la Cruz.

Víctor no fue un devoto que recitase muchas oraciones cada día y se comprometiese con una serie de devociones diarias a las que no podía faltar, sino un auténtico laico que se pasó horas enteras en diálogo silencioso con el Señor. No es que no recitara oraciones vocales, pues todos los días rezaba el Oficio parvo de la Virgen, jamás dejaba el Rosario y recitaba muchas veces al día el Ave María, mientras controlaba el paso de las botellas en la fábrica Pepsi Cola, pero a esas oraciones y devociones añadía varias horas al día a la oración contemplativa en silencio para estar junto al Amado y gozar de su presencia amorosa.

Las Batuecas dónde tuvo la mayor experiencia de "Noche oscura"

Dentro de mí entré. Buscaba horas de silencio, especialmente durante la noche, cuando ya todos los familiares se habían retirado a descansar, para aislarse totalmente de los ruidos, centrarse en sí mismo y así disfrutar de la presencia del Dios Trino en su alma, alabarle y darle gracias 

Allí oré en fe. No caigamos en la tentación de creer que Víctor dedicaba largas horas a la oración en silencio por la noche porque allí Jesús le llenaba de ternura y se sentía como en el paraíso. La realidad que él nos describe es muy distinta, especialmente cuando habla de sus estancias en Las Batuecas en que el Señor le purificó de todas sus imperfecciones a través de la experiencia de “noche oscura”. Víctor nada sentía, pero por fe tenía la certeza de que allí estaba Jesús y allí le bendecía y glorificaba.

En silencio me quedé: En lugar de hablar y hablar, de recitar oraciones y más oraciones, se quedaba en silencio, pues en silencio habla Dios y en silencio debe ser escuchado, dice San Juan de la Cruz, pues Dios no habla a los oídos, sino al corazón.

Alegría del encuentro con el Amado
Pacientemente esperé: ¡Cuántas veces habla de los ratos y hasta de las horas pasadas en plena aridez, sin sentir nada! ¿Qué hacía en esos casos? Lejos de abandonar, doble tiempo dedicaba a estar con el Señor, aunque nada sintiese y la tentación fuera de abandonar. Se dio cuenta de que lo importante no es sentir dulzura en la oración, sino ponerse en presencia del Señor, dedicar ese tiempo a estar con Él. Al tratar de la oración, nos hablará de esa experiencia de “noche oscura” tan importante para llegar a la unión con Cristo.

De caridad y bondad me llenó. La “noche oscura”, las duras pruebas de abandono, purifican al alma de todas sus afecciones a las cosas terrenas e imperfecciones y la disponen para recibir y gozar del amor y de la bondad de Dios en plenitud.

Virgen Santa Madre de Dios. Termina con esta exclamación llena de gratitud y de reconocimiento a María por su ayuda en este proceso, pues siempre le amparó.