Víctor con su nieta Irene en brazos. |
Gozaba
cuidando a sus nietos a la vez que no perdía su continua oración. Recuerdo,
-dice su hija Eva María en carta al P. José Vicente-, un caso que me comentó:
Le pidió mi cuñada María José si podría acercarse a Madrid a cuidar unos días
de su hija pequeña, la menor de las nietas, porque no tenía en aquellos días
con quien dejarla. Él accedió gustoso pues era muy servicial y amaba mucho a
sus nietos. La niña era de pocos años y como era tranquila no le daba mucho
trabajo. La ponía a jugar y sólo con que mi padre le moviese de vez en cuando
los juguetes, ella se sentía muy satisfecha, pensando que su abuelo le prestaba
atención. Mientras él oraba y no interrumpía para nada su recogimiento el
movimiento de los juguetes de su nieta.
¡Cómo
gozaba Víctor con sus nietos! Lo que aquí nos dice Eva María no es más que una
muestra de ese cariño muy especial a todos sus nietos, no solamente a la última,
a que aquí se alude cuyo nombre es Irene.
Cumpleaños de Irene, la niña más pequeña y Alberto nietos de Víctor. |
Resulta
curioso que su nombre, en griego signifique PAZ. Pues bien, desde su infancia
hasta el día de hoy, quienes la conocemos, podemos afirmar que hace honor a su
nombre con su comportamiento, pues siempre ha sido pacífica, cariñosa,
obediente y agradecida, a la vez que se ha destacado por su responsabilidad y
brillantez en los estudios. Un verdadero regalo del Señor.
El
caso a que alude Eva María, no sería un caso aislado, sino que se repetiría en
más de una ocasión, pues su padre Martín, los días laborables los pasaba en Barcelona
como asesor jurídico de Telefónica y su madre María José, que trabajaba en un
Banco, tenía que madrugar, dejar todo preparado antes de salir de casa,
desayunar, llevar a su hija Laura al
colegio e ir a la oficina; y por la tarde, terminada su jornada en el Banco,
recoger a Laura y regresar a casa. En estas circunstancias, Víctor se sentía feliz
y contento de poder prestar este servicio y disfrutar con su nieta.
Irene con su hermana Laura al lado de Víctor |
Pero
seguro que no se limitaba a mover de vez en cuando los juguetes para que
estuviese entretenida para él poder dedicarse a orar, sino que estaría pendiente
de ella todo el tiempo para darla biberones, tenerla en sus brazos, llevarla al
baño etc. etc. Y su principal oración consistiría en dar gracias a Dios por esa
nieta y pedir por ella para que el Señor la llenara de bendiciones a lo largo
de toda su vida. ¡Cuántas gracias daría a Dios por el regalo de su nieta Irene!
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