sábado, 28 de julio de 2018

Gracias y favores. Purificación Blanco.

Vista panorámica de Vigo.


Purificación Blanco Cantero, vecina de Vigo, madre de familia, nos habla de la ayuda recibida de Víctor para comprender a sus hijos.

Desde que conocí a Víctor, mi alma está serena y en los contratiempos de la vida tengo paz y las espinas me dan alegría, porque estamos viviendo en un mundo muy complejo y pido al Señor que toque los corazones de las personas que gobiernan España, para que gobiernen España como la gobernaría Víctor y los que como él siguieron las huellas de Jesús.

Iglesia del Carmen de Vigo
Aunque yo desde niña conocía la oración, desde que conocí a Víctor, mi vida de oración es más fuerte y acepto mejor los contratiempos. De mis hijos pensaba que como madre tenía que darles la educación y formarles para que fueran buenas personas y ahora recibo de ellos malas contestaciones, incluso se meten conmigo. En lugar de preguntarme: ¿cómo estás?, cuando se juntan dos o tres, hablan contra mí. Pareciera que no tienen otro tema de conversación. Antes me enfadaba. Desde que conocía a Víctor, todo lo recibo con paz y tranquilidad. No les contesto. Lo ofrezco todo por todos los jóvenes y por ellos mismos para que el Señor les dé la suficiente entereza para ser buenos cristianos y eduquen a sus hijos en la ley de Dios.

Es tanta la felicidad que siento y la fuerza desde que conozco a Víctor, que es como si fuera un hermano que yo llevo conmigo y le pido que él me ayude a comunicarme con el Señor como él lo hacía, porque según camino, mi mente se eleva al cielo y hablo con el Señor, pero siempre pidiéndole a Víctor que me acompañe y me consiga del Señor la serenidad, y tengo mucha alegría interior y exteriormente también, porque siempre llevo una sonrisa en la cara, porque los pesares de la vida no me hacen mella. Pienso que comparado lo mío con lo que él pasó, lo mío no es nada. Son arenillas en el zapato, pero el Señor, por mediación suya, me ayuda a ser fuerte y alegre y tratando siempre de devolver bien por mal.

Museo Quiñones de León en Vigo

Yo siento ansias de que cambie el mundo, pero yo sé que yo sola no voy a conseguirlo, pero puedo seguir intentando cambiarme a mí y dar, por donde pase, paz y alegría a los demás. Y de hecho, el Señor, gracias a Víctor, me va fortaleciendo y voy comprendiendo mejor el Evangelio y las Escrituras. Yo sé que él está teniendo mucha influencia en mí.

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