sábado, 8 de octubre de 2022

Testimonios Ángel Arrabal (V)

 

3- LA NAVE DE PRODUCCIÓN

Esta nave ocupaba un gran rectángulo, con una cristalera a la calle. Estaba presidida por una oficina en alto y acristalada, desde donde los jefes controlaban el gran carrusel por el que circulaban las botellas sucias, descargadas de los camiones, hasta la imponente mole de la lavadora que en golpes de cincuenta en cincuenta las engullía durante media hora. Cuando salían limpias pasaban por una pantalla iluminada donde un operario debía detectar las defectuosas. Había una penalización si se te pasaba alguna y un premio al compañero que la detectaba.

 

Era una de las muchas artimañas para que los obreros se mantuviesen desunidos y en competencia unos con otros.

 

Después de la pantalla se iniciaba el llenado que variaba según los distintos productos y tamaños. Había un gran depósito refrigerado donde se mezclaban el agua tratada, el azúcar y el concentrado.

 

Tanto la lavadora como el llenado eran procesos mecanizados, el resto de tareas, como meter las botellas en cajas y luego apilar las cajas en palets que las carretillas mecánicas trasladaban al almacén, eran trabajos hechos a mano y a pura fuerza. Si había mucha demanda, los jefes podían aumentar la velocidad de la cadena.

 

Aunque el producto requería varios días de reposo en el almacén y había un pequeño laboratorio donde un técnico controlaba la calidad, en los momentos álgidos de la temporada, los camiones llegaban directamente de la cadena de producción al camión.




No hay comentarios:

Publicar un comentario