miércoles, 12 de octubre de 2022

Habla Víctor Don de Fortaleza (II)

Eficacia del Don de Fortaleza.


En este estado, el alma necesita de la intervención de Dios que viene en su ayuda con este Don. Esta es tan fuerte, que el demonio ni nadie se la puede arrebatar. Virtud y Don de fortaleza, tienen el objeto de hacer al alma fuerte en la vida espiritual; la primera, obra según nuestros esfuerzos, y el Don, como todos los dones del Espíritu Santo, es sobrenatural en sí mismo y en sus obras. A los apóstoles les anunció el Señor que recibirían la fortaleza del Espíritu Santo y le serían testigos, así se hicieron fuertes anunciando el Evangelio, incluso confesándolo con su martirio.

 

En la vida espiritual hay, como muy bien señala Víctor, una virtud de Fortaleza y un Don de Fortaleza y ambos actúan para fortalecer a la voluntad en las dificultades, pero hay una diferencia entre ambos.

 

La Fortaleza es una virtud cardinal infundida con la gracia santificante en la voluntad para que no desista de conseguir el bien difícil ni siquiera ante el peligro de la pérdida de la vida. Se apoya en el auxilio divino, pero se conduce en su ejercicio al modo humano, o sea, según la regla de la razón iluminada por la fe, que no acaba de quitarle del todo el temor al alma.

 

El Don de Fortaleza, sin embargo, es una disposición permanente que robustece al alma para practicar, por inspiración del Espíritu Santo, toda clase de virtudes heroicas con ilimitada confianza en superar los mayores peligros o dificultades que puedan surgir. El Don de Fortaleza impulsa a sobrellevar los mayores males y exponerse a los mayores peligros con gran confianza y seguridad, por cuanto actúa movida directamente por el Espíritu Santo, no mediante el dictamen de la simple prudencia, sino por razones enteramente divinas.



No hay comentarios:

Publicar un comentario