San Martín partiendo su capa para compartirla con un pobre |
No podía ver a ningún pobre que no le socorriera. Recuerdo que en una ocasión llegó a casa un pobre y hablando con el pobre le dijo: ¿Pasará usted mucho frío? El pobre le dijo: Mucho, mucho frío pasamos pidiendo por las calles. Entonces él, sin mediar más palabras, fue al armario, cogió el abrigo que tenía recién estrenado y se lo dio. Él, que era muy friolero, se desprendió sin más del abrigo para dárselo al pobre” (Asunción).
Hay un santo muy conocido y popular
por un gesto de caridad con el prójimo parecido al de Víctor. Se trata de San
Martín de Tours, convertido al cristianismo a pesar de la oposición de su
padre, soldado del ejército romano, monje con san Hilario de poitiers, fundador
del monasterio de Ligugé, y finalmente obispo ejemplar que defendió con
valentía la unidad de su grey.
Abrigo semejante al que Victor regaló a un pobre. |
Pero su popularidad se debe a lo que le sucedió hacia el año 337 cuando, siendo soldado romano y catecúmeno, encontró en Amiens a un mendigo tiritando de frío, y sin mediar palabra, partió su capa de militar por la mitad y la compartió con el mendigo, pues la otra parte pertenecía al ejército romano en el que servía. Cuando estaba dormido, Jesús apareció vestido con la media capa y dijo a los ángeles que le acompañaban: “Martín siendo todavía catecúmeno me ha cubierto con este vestido”. Es la escena preferida para representarle. La pueden contemplar y admirar en multitud de fachadas y retablos de iglesias y monasterios.
Víctor, no partió el abrigo para compartirlo con el
pobre, que además no hubiera servido ni al pobre ni a él, ni le ofreció un
abrigo viejo para que no pasara frío, sino el abrigo recién estrenado, porque
en ese pobre, como en todos los pobres, vio a Jesús pasando frío y no dudó regalárselo.
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