sábado, 31 de octubre de 2020

Testimonios. Carta a Víctor de una admiradora.

Víctor con José Francisco y su hija Begoña.

¡Hola Víctor!

Todos somos hermanos en Cristo, por eso te tuteo. A través de tu hermano José Francisco, (a quien conozco desde hace 55 años) he podido leer los dos libros que de ti y de tu vida han editado, como así estoy al corriente del proceso de canonización que tanto empeño ha puesto. Estoy de acuerdo con él y es lógico que aquí en la tierra se te haga justicia. 

Fuiste un cristiano que siempre has hecho la voluntad de Dios en cada momento de tu vida, tal y como Él dejó dicho: “Amarás al prójimo como a ti mismo”. En los buenos y malos momentos, nunca has dudado del Padre. No todos hemos tenido la suerte de recibir el Espíritu Santo que a ti te fue otorgado. Tu ejemplo de vida me da fuerzas para seguir esforzándome en ser cada día mejor.

Has tenido la gran suerte de tener, aquí en la tierra, a tu lado un compañero que no sólo te ha querido, sino que respetó y aceptó tu manera de pensar y hacer con los demás. Has tenido también la gran alegría de ver a dos de tus hijas y una nieta dedicarse por entero a Dios. Yo también soy esposa, madre y abuela y siento un poco de “envidia sana”.

Víctor y José Francisco  con su padre Daniel.

Según tú, no has sido escritor, pero a petición de tu hija Begoña has sabido explicar lo que ella te pedía, de tal manera, que al leerlo nos has dado una clase magistral de catequesis.

 Siempre pido al PADRE por mis hijos y nietos, especialmente por dos que todavía están sin bautizar. Ahora lo haré también a través tuyo, para ver si mi sueño se hace realidad, “que sean cristianos”. Confío en lograrlo si Dios me ayuda. Ello sería otro de tus milagros.




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