Carta al P. José Francisco de 4 de agosto de 2014.
Adorado sea el Santísimo Sacramento. Ave María Purísima.
Habiendo recibido el libro sobre la biografía y virtudes que
rodean a nuestro hermano en Cristo VÍCTOR RODRÍGUEZ MARTÍNEZ, muerto en loor de
santidad, y después de haber leído, puedo constatar el título que lleva el
mismo: “Vida impactante de un cristiano de a pie”. Virtudes le dio el Señor
cuando se sintió tocado por Él, y que ha ido cimentando, uniéndose a la “Piedra
angular”, con la presencia callada, pero vigilante y activa en el mundo social
y eclesial que le rodeaba, teniendo como fuente la presencia viva de Cristo en
la Eucaristía, compromiso de adoración constante, y como fin la entrega a los
demás, a los más necesitados, con la compañía de la Santísima Virgen como
“nube” que guiaba su caminar al Padre y le va diciendo: “haz lo que Él te diga”.
Al asumirlo, ya no es tal, es Cristo quien mora en él.
Mientras los hombres no adoran al Señor, él se sintió
comprometido a velar en nombre de la Iglesia, para que su gloria sea sin cesar
reconocida. Demos gracias a Dios por su entrega y su testimonio.
Ante el augusto Sacramento, en nuestras vigilias y
oraciones, imploramos con humildad que resplandezca como radiante estrella en
la celestial Jerusalén, y allí, en perpetua adoración, en compañía de todos los
bienaventurados y adoradores que tuvo como modelo en la tierra, interceda por
nosotros para alcanzar igual dicha. Él que tanto contribuyó al culto
eucarístico y adoración durante su vida mortal, legándonos el buen ejemplo de
sus obras.
He de destacar que detrás de un ejemplar cristiano hay una
ejemplar mujer.
En la memoria de un gran sacerdote eucarístico, San Juan
María Vianney, que hoy conmemora la Iglesia, un fraternal saludo en Cristo
Eucaristía y su Santísima Madre. Paz y bien.
Juan Ramón Pulido
Crespo.
PTE. Diocesano de
ANE Toledo.
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