Monasterio de las Carmelitas Descalzas de Coruña |
Su
vida, toda sencillez y fidelidad a las mociones de la gracia, dan el más seguro
testimonio de que la Fe es siempre el más cierto camino para llegar a la
plenitud del amor. Él mismo lo experimenta, si bien, dolorosa y oscuramente,
cuando constata que, tras las repetidas vacaciones de verano en el Desierto de
Batuecas, (a donde acude buscando ese “tesoro escondido”) siente al vivo
el desgarrón de la sequedad y vacíos interiores en que el Amado va cavando
abismos cada vez mayores y más profundos en su alma, a fin de colmarlos más y
más de Él. Pero él mismo comprueba como, después, en el “día a día”,
los que le tratan encuentran en su persona, esa irradiación del “Dios vivo”, de
esa “Fonte que mana y corre”, aunque para él sigue siendo todavía, muchas veces
“Noche”.
Víctor
mismo siente a veces, tras estas largas jornadas de oscuridad, levantarse un
poco el velo de la Fe, y contempla quizás algo de los “Ojos del Amado” que
lleva en sus entrañas dibujados.
Vista parcial de la ciudad de Coruña |
Sin
duda ninguna: La Santa doctrina del Carmelo, forjó un alma santa, en la fragua
de la Fe. De una “Fe con obras”, con obras de Amor. De esto, usted Rdo. Padre,
está más al corriente que nadie, y es por eso que le agradeceríamos tuviera la
bondad de hacernos llegar todo cuanto de este hermano de Víctor se ha
publicado. Así como estampas y todo lo que tenga de él, para hacer toda la
propaganda posible, a fin de darle a conocer, pues creemos será de mucha gloria
de Dios y de nuestra sagrada Orden.
Felicitamos
así mismo a la familia de este hombre de Dios, y sin querer adelantarnos
al sabio y prudente juicio de la Santa Madre Iglesia, no dudamos llamarle entre
nosotras “Santo Hermano Víctor” desde que leímos sus notas biográficas.
A él nos encomendamos con confianza grande en su valiosa intercesión ante el
Señor y ante la Reina y Madre del Carmelo.
Con
un saludo muy afectuoso ante el Señor, esperamos su bendición sacerdotal en
unión de oraciones.
Carmelitas
Descalzas
La
Coruña
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