sábado, 27 de junio de 2020

Testimonios. Carmelitas Descalzas de Coruña (I)

Monasterio de Carmelitas Descalzas en Coruña.


 Carta al P. José Francisco, 1 de noviembre de 2012.
Jesús y María reinen en nuestras almas, muy estimado en el Señor.
Recibimos con muchísima alegría y asombro, las notas biográficas de su muy querido hermano Víctor Rodríguez.

Es una vida admirable en su sencillez, colmada de la gracia que Dios ha tenido a bien derramar en su preciosa alma, a la que Víctor ha correspondido con generosísima entrega y amor bien colmado, y probado en obras de exquisita caridad.

Además nos conmueve y emociona ver cómo el Espíritu Santo ha querido servirse de la santa doctrina de nuestra Sagrada Orden, una vez más, para, en este caso, elevar hasta las cumbres de la unión con Dios a un seglar, Terciario Carmelita en medio del mundo. Es, por esto mismo, un doblado motivo de acción de gracia a Dios y a nuestros Santos Padres.

Carmelitas Descalzas en oración.

Su fiel correspondencia a la gracia; su constancia en el arduo camino ascendente hacia la “Cima del Monte”; su abandono confiado, desprendido de los bienes de la tierra, sediento de eternidad, como nuevo profeta para nuestro mundo anclado sólo en lo contingente y pasajero… todo ello como fruto de su mística-misteriosa unión de amor con Dios, a través de la fe…guiado de la mano de nuestros Santos Padres, es, para nosotras, no sólo motivo de admiración, sino estímulo, empuje hacia la santidad.

Sería muy de desear que esta Biografía se escribiera para publicarla en toda España y hasta donde fuera posible, pues, la ejemplar vida de un padre de familia, hará grandísimo provecho a las familias y a los jóvenes que desean formar un hogar cristiano.

Especialmente sería muy hermoso que, en este Año de la Fe, se profundizara en esta vida marcada por esta virtud fundamental. Él, en efecto, ha recorrido con constancia y fortaleza admirables (bajo el impulso de los Dones del Espíritu Santo) este sendero arduo y luminoso de la fe, guiado, principalmente por la segura doctrina magistral de nuestro Padre San Juan de la Cruz. ¡Y cómo se ha dejado conducir y transformar!




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