D. Abilio Larrán en su domicilio en La Ramallosa |
1ª. Durante muchos años he padecido de una deficiencia
física que se conoce como “uña incarnata”, esto es que se te clava la
uña en la carne del dedo gordo del pie y te obliga a estar constantemente en
manos de podólogos (dos veces al mes) para evitar infecciones que se producen
al caminar y provocan un roce continuo de una carne débil y una uña que se
clava y da origen a una herida abierta, molestísima para caminar con libertad.
Una pequeña enfermedad crónica.
Tras pedir consejo y viendo que una prima hermana, a través
de una operación quirúrgica había arreglado el tema, decidí someterme a una
operación para que fuera extraída de raíz. Ya conocía la vida de Víctor y le
conté mi decisión a su hija, la Madre Eva y a su nieta, Madre Raquel, así como
a las restantes Madres de la comunidad de clausura de Sabarís (Pontevedra), que
está cerca de casa. Sentí la protección de nuestro amigo todo el tiempo
del proceso y las oraciones de las Madres.
En medio de una serie de dificultades y contratiempos, que
duraron más de dos meses, salí adelante. Ya transcurrieron varios años y ahora
estoy bien y sin heridas mensuales. No tengo limitaciones en los pies para
caminar. ¡A Víctor le damos un diez como amigo e intercesor!
Monumento a San Telmo, patrono de los marineros en A Ramallosa. |
2ª, También nos resolvió un problema personal por un
asunto tenebroso en la vecindad y del que nos vimos tan libres, que ahora
aquellos vecinos ya no viven aquí y vendieron el piso. ¡Realmente asombroso!
¡Medalla de oro para él!
Para terminar, recomiendo mucho la lectura del pequeño
librito “Víctor, sonrisa de paz”, que es un resumen del que recoge más detalles
de su vida y fue escrito por el Rvdo. Padre carmelita José Vicente Rodríguez y
titulado “Vida impactante de un cristiano de a pie: Víctor Rodríguez Martínez
(1925-2012)” editado por Monte Carmelo en 2015. Quien pueda leer este, que lo
haga. Magnífico y ameno libro para seglares.
Es una gran alegría el inicio de su proceso de
beatificación hace pocos meses. Animo a todos a que manden sus testimonios.
¡Víctor, ruega siempre por nosotros.
Vigo (Pontevedra) 23 de abril de 2020..
Abilio Larrán
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