miércoles, 2 de octubre de 2019

Testimonios. Daniel Colorado (I)


Embotelladora de Pepsi-Cola


Lo primero que diré es que Víctor era un santo. Nos conocimos en el trabajo como obreros que éramos ambos en la fábrica Embotelladora de Pepsi-Cola. Lo primero que recuerdo es que Víctor estaba buscando gente por la fábrica para ir a los Cursillos de Cristiandad. Se lo dijo por allí a algunos compañeros y a mí no me dijo nada. Entonces, como a mí no me dijo nada y yo tenía conocimiento de los Cursillos de Cristiandad y deseaba hacerlos, le pregunté si yo podía ir, y Víctor me dijo que sí.

Logo de Cursillos de Cristiandad.

Hicimos los Cursillos de Cristiandad y empecé a tener contactos con él. Luego fui con él a algunas manifestaciones religiosas, como cuando vino el Papa Juan Pablo II a Madrid.

Por entonces comencé a ir con él a la Adoración Nocturna. Era costumbre pasar dos horas, y el resto de la noche, los adoradores nos acostábamos en unas camas que había en el lugar para tales efectos. Pronto me di cuenta de que Víctor no se iba a acostar, sino que se pasaba la noche entera adorando al Santísimo. Yo, aunque me iba a acostar, no lograba conciliar el sueño, y a la hora de la salida al trabajo, iba como molesto, mientras que él, que había pasado la noche entera en adoración al Santísimo, iba al trabajo todo alegre y contento. Yo le manifesté que a mí me costaba mucho ir a hacer la vela al Santísimo. Él, en cambio, me dijo que estaba deseando que llegara esa noche para ir.

Víctor, en su turno de adorador,
se pasaba la noche adorando

Además de adoradores nocturnos, éramos también los dos de San Felipe Neri. Nos poníamos el hábito e íbamos por el hospital visitando a los enfermos. Se les llevaba cosas y se les escuchaba. Víctor tenía una gran capacidad para escuchar a los enfermos.

Él iba también a “Mi casa” que era un centro dirigido por las Hermanitas de los Pobres y que está cerca del hospital de Francisco Franco, como le llamaban entonces, o Gregorio Marañón, como se le llama ahora, que era el hospital que visitamos. En “Mi Casa” cortaba las uñas a los ancianos y charlaba amorosamente con todos los ancianos.

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