Embotelladora de Pepsi-Cola |
Lo
primero que diré es que Víctor era un santo. Nos conocimos en el
trabajo como obreros que éramos ambos en la fábrica Embotelladora de
Pepsi-Cola. Lo primero que recuerdo es que Víctor estaba buscando gente por la
fábrica para ir a los Cursillos de Cristiandad. Se lo dijo por allí a algunos
compañeros y a mí no me dijo nada. Entonces, como a mí no me dijo nada y yo
tenía conocimiento de los Cursillos de Cristiandad y deseaba hacerlos, le
pregunté si yo podía ir, y Víctor me dijo que sí.
Logo de Cursillos de Cristiandad. |
Hicimos
los Cursillos de Cristiandad y empecé a tener contactos con él. Luego fui con
él a algunas manifestaciones religiosas, como cuando vino el Papa Juan Pablo II
a Madrid.
Por
entonces comencé a ir con él a la Adoración Nocturna. Era costumbre pasar dos
horas, y el resto de la noche, los adoradores nos acostábamos en unas camas que
había en el lugar para tales efectos. Pronto me di cuenta de que Víctor
no se iba a acostar, sino que se pasaba la noche entera adorando al Santísimo.
Yo, aunque me iba a acostar, no lograba conciliar el sueño, y a la hora de la
salida al trabajo, iba como molesto, mientras que él, que había pasado la noche
entera en adoración al Santísimo, iba al trabajo todo alegre y contento. Yo le
manifesté que a mí me costaba mucho ir a hacer la vela al Santísimo. Él, en
cambio, me dijo que estaba deseando que llegara esa noche para ir.
Víctor, en su turno de adorador, se pasaba la noche adorando |
Además
de adoradores nocturnos, éramos también los dos de San Felipe Neri. Nos
poníamos el hábito e íbamos por el hospital visitando a los enfermos. Se les
llevaba cosas y se les escuchaba. Víctor tenía una gran capacidad para
escuchar a los enfermos.
Él
iba también a “Mi casa” que era un centro dirigido por las Hermanitas de los
Pobres y que está cerca del hospital de Francisco Franco, como le llamaban
entonces, o Gregorio Marañón, como se le llama ahora, que era el hospital que
visitamos. En “Mi Casa” cortaba las uñas a los ancianos y charlaba
amorosamente con todos los ancianos.
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