miércoles, 9 de octubre de 2019

Habla Víctor. Errores por todas partes.

Había errores por todas partes.


Como los acontecimientos se precipitaban e iban inundando nuestra sociedad de errores por todas partes, que afectaban incluso a los seres más queridos, no encontré otro remedio mejor que incrementar la oración, ya que sólo Dios esos males puede remediar. Entonces ya tenía experiencia de la eficacia de la oración, ya me había pasado muchas horas enteras adorando al Santísimo en la custodia. Allí las noches parecían eternas, me hacían reflexionar en la oración del Huerto de los Olivos y toda esa noche amarga que pasó el Señor, quien fuerte me hacía en el sufrimiento.

Sin duda que el cambio radical en la sociedad española al implantarse la democracia le afectó de lleno a Víctor, no tanto por los cambios sociales, cuanto por los cambios religiosos. Muchos adoptaron una postura de indiferencia y hasta abandonaron las prácticas religiosas, como lo pudo comprobar, no sólo entre compañeros de la fábrica, sino también entre familiares, algunos muy cercanos.

Santa: Teresa: Determiné hacer eso poquito que era en mí.

¿Qué hacer en esas circunstancias? ¿Lamentarse? ¿Criticar la situación con los amigos? ¿Servirían de algo las críticas y los lamentos? Seguro que no, sino más bien para amargarse y pasar malos ratos. Víctor recordó lo que Santa Teresa había hecho ante la crisis que pasó la Iglesia en sus días a causa de los protestantes y optó por seguir su ejemplo. ¿Y qué es lo que hizo Teresa? Nos lo dice en pocas palabras: “Parecíame que mil vidas pusiera yo para remedio de un alma de las muchas que allí se perdían. Y como me vi mujer y ruin e imposibilitada de aprovechar en lo que yo quisiera en el servicio del Señor, y toda mi ansia era, y aún es, que pues tiene tantos enemigos y tan pocos amigos, que esos fuesen buenos, determiné hacer eso poquito que era en mí, que es seguir los consejos evangélicos con toda la perfección que yo pudiese”. (Camino 1, 2).
 
Víctor: Incrementé la oración ya que sólo Dios los puede remediar.

A eso se llama ser realista: “Hacer eso poquito que era en mí”, y hacerlo con la mayor perfección posible y con el deseo de servir al Señor para conseguir la salvación de los demás. Eso mismo es lo que hizo Víctor: “No encontré otro remedio mejor que incrementar la oración, ya que sólo Dios esos males puede remediar”. Eso sí lo podía hacer y lo hizo.

Suele decirse que la historia se repite. En el fondo vivimos situaciones semejantes. Hay mucha indiferencia religiosa, algunos creyentes no dan valor a las prácticas religiosas, escasean las vocaciones sacerdotales, etc. ¿Qué hacer ante esas situaciones? Santa Teresa de Jesús y Víctor nos indican que cada creyente debe hacer “eso poquito que depende de él, y hacerlo con amor”.



No hay comentarios:

Publicar un comentario