miércoles, 8 de mayo de 2019

Testimonios Mercedes Portela Velasco

Ceremonia de una virgen consagrada.


Me llamo Mercedes Portela, soy consagrada y amiga de Begoña, hija de Víctor Rodríguez. Yo había pedido a la librería el libro sobre Víctor motivada por una publicidad que vi, y cuando luego Begoña me dijo que era su padre, me llené de alegría y me puse a leerlo con muchas ganas. A medida que iba avanzando en la lectura, a la luz de la vida de este hombre, me iba viendo muy mediocre.

Cuando terminé. Como está la novena al final del libro, pensé: “Voy a hacer la novena pidiendo mi conversión que falta me hace”, y puedo decir que algo en mí se ha removido de más deseo de una oración profunda de mayor entrega e intimidad con el Señor. Me alegra pensar que, a lo que parece, es algo propio de él (Víctor) alentar la vida interior y la oración de los que se le acercan.

Portada de Vida impactante de un cristiano de a pie.

Hago también alusión a mi hermana, madre de familia, que teniendo mucha dificultad para leer, y que, según me cuenta, nunca ha terminado un libro, empezó a leer el folleto “Victor, sonrisa de paz” empapándose tanto de su contenido, que leyó cuarenta páginas de un tirón (posteriormente le terminó) sintiendo la vida de Víctor como cercana y sorprendiéndose de que en nuestro tiempo, un padre de familia “normal” llevara una vida espiritual tan intensa.

Custodia para la adoración del Santísimo.

Lo curioso, o mejor providencial, fue que mi hermana tenía el folleto desde hacía meses y no lo había leído, y estando en su hora de adoración ante el Santísimo (ella pertenece a la Adoración Perpetua), otra persona se lo dio para que lo leyeses, y fue allí, delante del Santísimo, donde leyó, tan concentrada, las cuarenta páginas mencionadas. No parece casualidad donde estaba, porque Víctor era un gran adorador.

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