San Juan de la Cruz maestro espiritual de Víctor. |
Si
perfecto quieres ser, tu voluntad venderás, a los pobres la darás. A Cristo por
mansedumbre y humildad irás, hasta la muerte le seguirás.
En “Dichos
de luz y amor” de San Juan de la Cruz, hay uno que dice: “Si quieres ser
perfecto, vende tu voluntad y dala a los pobres de espíritu, y ven a Cristo por
la mansedumbre y humildad y síguelo hasta el Calvario y sepulcro” (D. 176).
Como
pueden comprobar, el contenido es el mismo, pero Víctor no lo dice como aviso o
consejo para los demás, como es el caso de San Juan de la Cruz, aunque también
lo puso en práctica, sino como experiencia de su propia vida.
Una
vez más recordamos que estos escritos autobiográficos de Víctor fueron como un
“diario de su vida” escrito cuando notó que la memoria le fallaba para poder
recordar sus experiencias para dar gracias a Dios, más que para darlos a
conocer. También debemos tener en cuenta que, para expresar sus experiencias
espirituales, acude con frecuencia a su maestro San Juan de la Cruz del que, a
veces, hasta toma las palabras.
San Juan Crisóstomo defensor de los pobres. |
Desde
su conversión, entregó su voluntad a Cristo y la puso al servicio de los demás.
Se tomó en serio lo de “hágase tu voluntad”, no la mía, y como la
voluntad de Dios es que consideremos a los pobres como a Él mismo, eso es lo
que hizo Víctor a lo largo de su vida. En los pobres veía al mismo Cristo y por
eso los amaba tanto.
No consta
que entre las lecturas que hizo de los Santos Padres se encontrase la de San
Juan Crisóstomo que habla de la limosna como mucho más grata a Dios que todas
las riquezas que puedan ofrecerse para ornato de sus templos, pero sí las puso
en práctica. Dice este santo:
“¿Deseas
honrar el cuerpo de Cristo? No lo desprecies, pues, cuando lo contemplas
desnudo en los pobres, ni lo honres aquí, en el templo, con lienzos de seda, si
al salir lo abandonas en su frío y desnudez. Porque el mismo que dijo:
Esto es mi cuerpo, y con su palabra llevó a realidad lo que decía, afirmó
también: Tuve hambre y me disteis de comer, y más adelante: Siempre que
dejasteis de hacerlo a uno de estos pequeñuelos, a mí en persona lo dejasteis
de hacer. El templo no necesita vestidos y lienzos, sino pureza de alma; los
pobres, en cambio, necesitan que con sumo cuidado nos preocupemos de ellos.
Pobres necesitados de ayuda |
Debes
tributar al Señor el honor que él mismo te indicó, distribuyendo tus riquezas a
los pobres. Pues Dios no tiene necesidad de vasos de oro, pero sí, en cambio,
desea almas semejantes al oro. Porque, si Dios acepta los dones para su templo,
le agradan, con todo, mucho más las ofrendas que se dan a los pobres. ¿De
qué serviría adornar la mesa de Cristo con vasos de oro, si el mismo Cristo
muere de hambre? Da primero de comer al hambriento, y luego, con lo que
te sobre, adornarás la mesa de Cristo”.
Víctor,
cuando el Señor necesitó una nueva iglesia parroquial para atender a los
fieles, ayudó todo lo que pudo en su construcción, pero su verdadero afán
siempre fue ayudar a los pobres.
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