Iglesia de San Pedro en Rubí (Barcelona) |
Desde
Rubí (Barcelona), Fátima Carám, por cierto pariente aunque lejana de la muy
conocida Sor Lucía Caram y de nacionalidad argentina como ella, escribió al P.
José Francisco Rodríguez para darle a conocer lo que ella considera un milagro
obtenido por intercesión de Víctor. Lo relata en estos términos:
“Desde
que llegó a mis manos la maravillosa autobiografía de nuestro hermano Víctor,
le pedí con mucha FE un milagro y no ha tardado en concedérmele. He esperado
que éste se consolidara para comunicárselo. El hecho milagroso es el siguiente.
Mi
jefe, el Sr. Jordi, al que cuido, tenía un serio problema de
incontinencia de orina, usando de día bolsa de recogida de orina y de noche
para dormir. A los pocos días de pedir la gracia al Señor por mediación de
nuestro hermano Víctor, Jordi mi jefe, dejó de usar la bolsa de pierna y cada
vez que tiene necesidad de orinar, va de forma natural al baño. De noche, casi
a diario, por cualquier motivo se salía el “colector” y se orinaba en la cama y
ya van más de siete meses que de día orina normalmente y de noche no ha vuelto
a orinarse en la cama.
Cada
día agradezco a nuestro hermano Víctor el milagro, pues ver ahora al
Sr. Jordi que se siente más tranquilo y cómodo, es para mí motivo de alegría y
así es que lo manifiesto en señal de agradecimiento y con el fin de que este
hecho milagroso que el Señor me ha concedido por mediación de Víctor, sea
válido para su proceso de beatificación junto con otros que me consta que ha
realizado y con otros muchos más que seguro que seguirá realizando este santo
varón Víctor Rodríguez.
También
quiero resaltar el hecho de que nuestro hermano en Cristo, haya sido un laico, padre
de “familia numerosa” y un ejemplo a imitar en estos tiempos revueltos.
Quiera Dios que le veamos pronto en los altares”.
Como
pueden comprobar, varias veces hace alusión a esta curación como de un milagro
de Víctor. Se trata de una apreciación personal de Fátima Carám. Aquí nos
limitamos a poner su testimonio al pie de la letra sin hacer apreciaciones que
corresponden exclusivamente a la Iglesia.
Habrán
comprobado como esta sección no la titulamos “milagros” sino “gracias y
favores”, precisamente para no adelantarnos a dar un veredicto que solamente
corresponde a la Iglesia de la que aceptamos de antemano sus decisiones.
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