sábado, 1 de abril de 2023

Domingo de Ramos

Entrada triunfal de Jesús en Jerusalén.


Víctor celebraba con alegría desde su infancia la solemnidad del Domingo de Ramos. Todos en el pueblo estrenaban ese día algún vestido o calzado para acudir a aclamar al Señor en su entrada triunfal, cantando: “Hosanna al Hijo de David! ¡Bendito el que viene en nombre del Señor”. Como monaguillo, iba junto al párroco al frente de la procesión batiendo los ramos con entusiasmo. Años más tarde, desde que conoció la experiencia que había tenido Santa Teresa un Domingo de Ramos, también invitaba a Jesús a comer a su casa. Recuerden la experiencia de Santa Teresa:

 

El día de Ramos, acabando de comulgar, quedé con gran suspensión, de manera que aun no podía pasar la Forma, y teniéndola en la boca, verdaderamente me pareció, cuando torné un poco en mí, que toda la boca se me había henchido de sangre. Y parecíame estar también el rostro y toda cubierta con ella, como que entonces acabara de derramarla el Señor. Me parece estaba caliente, y era excesiva la suavidad que entonces sentía, y díjome el Señor: Hija, yo quiero que mi sangre te aproveche, y no hayas miedo que te falte mi misericordia: Yo lo derramé con muchos dolores, y gózaslo tú con gran deleita. Como ves; bien te pago el convite que me hacías este día.

Esto dijo porque ha más de treinta años que yo comulgaba este día, y procuraba aparejar mi alma para hospedar al Señor; porque me parecía mucha la crueldad que hicieron los judíos, después de tan gran recibimiento, dejarle ir a comer tan lejos; y hacía yo la cuenta de que se quedase conmigo. ( CC. Salamanca 8 de abril de 1571)





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