San Juan de la Cruz, maestro de la fe. |
La fuerza que une el alma con Dios es el amor, no el
sentimiento, sino el amor que busca a Dios y su voluntad, Cuanto más adelantada
esté en el amor, se une más a Dios. La fe es el camino de unión. Su oscuridad
ilumina nuestro camino verdadero en pureza y amor. Las tres virtudes teologales
nos unen a Dios. La caridad nos funde en ella. La unión con Dios y el prójimo,
es la victoria sobre el mal. La obediencia de la palabra de Dios, exige la unión
con los hermanos; tanto cuanto más unidos a Dios, mas se participa de su
fecundidad inagotable.
Según San Juan de la Cruz, la unión con Dios se consigue a
través de las tres virtudes teologales, fe, esperanza y caridad que disponen al
entendimiento a la memoria y a la voluntad para esa unión, y en San Juan de la
Cruz encontramos la mejor explicación a las palabras de Víctor, “la fe es
el camino de la unión. Su oscuridad ilumina nuestro camino verdadero en pureza
y amor”, cuando dice:
“Para que el entendimiento esté dispuesto para esta divina
unión, ha de quedar limpio y vacío de todo lo que puede caer en el sentido, y
desnudo y desocupado de todo lo que puede caer con claridad en el entendimiento
íntimamente sosegado y acallado, puesto en fe, la cual es sola el próximo y
proporcionado medio para que el alma se una con Dios. Porque es tanta la
semejanza que hay entre ella y Dios, que no hay otra diferencia sino ser visto
Dios o creído. Porque así como Dios es infinito, así ella nos le propone infinito;
y así como es Trino y Uno, nos le propone ella Trino y uno; y así como Dios es
tiniebla para nuestro entendimiento, así ella ciega y deslumbra nuestro
entendimiento. Y así, por este solo medio, se manifiesta Dios al alma en divina
luz, que excede todo entendimiento. Y por tanto, cuanto más fe el alma tiene,
más unida está con Dios”. (2 Sub. 9, 1).
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