El Don de Entendimiento |
Penetra los misterios divinos. Nuestra inteligencia es incapaz
de asir lo infinito, aunque revestida de la fe, nuestro modo de entender es
siempre humano, procediendo con ideas limitadas, insuficientes para expresar
las realidades divinas. La misma revelación, por medio de las Escrituras, nos
llega por medio de las palabras humanas. Este don viene en ayuda de la fe, y
nos hace ver por dentro los misterios divinos con la luz e inteligencia misma
del Espíritu Santo. No añade nuevo a la revelación, pero nos hace comprender el
sentido de las verdades reveladas. Nos hace penetrar los misterios de la fe,
intuyendo que el misterio trinitario es esencial a la naturaleza divina.
El Don de Entendimiento es un hábito sobrenatural infundido
con la gracia santificante por el cual la inteligencia del hombre, bajo la
acción iluminadora del Espíritu Santo, se hace apta para una penetrante
intuición de las verdades reveladas. Es un conocimiento al modo divino.
La fe proporciona al entendimiento el conocimiento de
verdades sobrenaturales, pero de modo imperfecto, al conocerlas al modo humano,
mientras que el Don de Entendimiento le hace apto para la penetración profunda
e intuitiva de las verdades reveladas. Es un conocimiento al modo divino.
El Don de Entendimiento es como un fogonazo que nos hace
comprender o experimentar en un instante una verdad revelada. Cuántas veces hemos
leído partes de la Sagrada Escritura sin que nos hayan llamado la atención, y
de repente, se nos descubre e inflama nuestro corazón. Es lo que les pasó a los
discípulos de Emaús, que habían compartido muchos momentos con Jesús y fueron
incapaces de reconocerle hasta que “les abrió el entendimiento para que
entendiesen las Escrituras” (Lc. 24, 45).
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