sábado, 14 de enero de 2023

Habla Víctor Don de Entendimiento (II)

Espíritu Santo: Don de Entendimiento.

 

El Espíritu Santo todo lo sondea, aun las profundidades de Dios. A las almas que le están unidas por el amor, les comunica una participación del conocimiento de sus misterios divinos. A más unión con Dios, más comunicación divina. De esta manera, este Don no estará ocioso en nuestras almas, al contrario, intervendrá con su luz nuestras meditaciones en las cosas de Dios, penetrando en sus profundidades y así captar los textos sagrados, y nos da inteligencia exacta de los consejos divinos, así introduce al alma en una oración más sencilla y profunda. La mente no necesita razonar. Al toque del Espíritu Santo queda fija en una mirada en la verdad, todos los misterios que hemos meditado a la luz de la fe, no los miramos desde fuera, sino desde dentro.

 

Las verdades de fe no pueden ser captadas nada más que por el golpe de vista intuitivo y penetrante del Don de Entendimiento. O sea, cuando la fe se haya liberado de todos los elementos discursivos y se convierta en fe pura, tan recomendada por San Juan de la Cruz como único medio proporcionado para la unión de nuestro entendimiento con Dios.

 

El P. Crisógono de Jesús Sacramentado, en su obra “Compendio de ascética y mística” explica con precisión en que consiste esta fe pura: “Se entiende por fe pura la adhesión del entendimiento a la verdad revelada, adhesión fundada únicamente en la autoridad de Dios, que revela. Excluye, pues, todo discurso. Desde el momento en que entra en juego la razón, desaparece la fe pura, porque se mezcla con ella un elemento ajeno a su naturaleza. El raciocinio puede preceder y seguir a la fe, pero no puede acompañarla sin desnaturalizarla. Cuanto más haya de discurso, menos hay de adhesión a la verdad por la autoridad de Dios, y, por consiguiente, menos hay de fe pura”.

 

Así lo experimentó Víctor, por lo que llega a decir: “A todos los contagiaba y se admiraban de la fe que yo tenía. Les hacía ver que era más difícil no creer las verdades de la fe, que incluso los momentos que vivía y que con los ojos palpaba”.

 


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