miércoles, 7 de diciembre de 2022

Florecillas. Predica sin hablar

San Francisco de Asís, gran predicador con el ejemplo.


A un señor que coincidió en alguna ocasión con mi padre en la capilla de nuestro monasterio,  le llamó tanto la atención su comportamiento, que luego hizo de él este comentario: “El padre de la hermanita (refiriéndose a mí) predica sin hablar”. (Eva)

 

Hablar de Dios, de Jesús, de sus obras, de sus enseñanzas, etc., es relativamente fácil y todos lo hacemos con frecuencia. Pero, ¿damos ejemplo con nuestra vida de lo que hablamos? Seguro que muchos de los que escuchan nuestras palabras, al comprobar que  no coinciden con las obras, se acordarán de las palabras que Jesús dirigió a los fariseos: “Haced lo que os dicen, pero no lo que ellos hacen, porque ellos dicen, pero no hacen” (Mt 23. 3).

 

Víctor habló mucho de Jesús, pero a la vez puso en práctica sus enseñanzas y trató de que su vida fuera fiel reflejo de lo que Jesús nos pide en las bienaventuranzas. Por eso vivió en pobreza, fue manso y humilde, tuvo un corazón limpio, fue misericordioso, etc. Víctor vivió según las exigencias del Evangelio con la mayor sencillez. Predicó más con sus obras que con sus palabras.

 

En las Florecillas de San Francisco, se cuenta que un día, el santo dijo a uno de los hermanos más sencillos: “Vamos a predicar”. Y que salieron con las manos metidas dentro de las mangas, la capucha sobre la cabeza, y en silencio dieron un largo paseo por la ciudad de Asís y regresaron al convento. El hermano, al llegar, le preguntó muy extrañado: ¿Y el sermón? Francisco le contestó: Hermano, ya hemos predicado dando ejemplo de pobreza y humildad.



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