Modelo de teléfono de los que usaba Víctor
El cargo de Hermano Mayor (de la Congregación de San Felipe
Neri) le obligaba a atender a los hermanos de la Congregación que le llamaban
por teléfono, en algunas ocasiones casi todos los días, coincidiendo casi
siempre con el corto descanso nocturno que daba a su enfermo cuerpo,
conversaciones que la mayoría de la veces se hacían interminables y que él
soportaba pacientemente, atendiéndoles con bondad. (Eva)
Los asuntos ordinarios de la Congregación de seglares de San
Felipe Neri, se trataban en las reuniones de la Junta directiva que se celebraba
una vez al mes. Los asuntos más importantes se trataban y decidían en las
Juntas Generales, que se celebraban generalmente dos veces al año, la más
importante en torno a la fiesta de San Felipe Neri, en que se renovaban los
cargos directivos.
Como para muchos de los asuntos, especialmente los
relacionados con la economía y con los problemas jurídicos, se nombraba como
responsables un Secretario y un Administrador, ambos necesitaban comunicarse
con el Hermano Mayor para tomar decisiones.
Para ayudar a los pobres enfermos, la Congregación tenía unos
terrenos en Peña Grande, unos pisos en la calle Atocha y acciones en la empresa
Ibertubo, ubicada en Toledo. Estas tres fuentes de ingreso fueron motivo de frecuentes
pleitos a los que Víctor tuvo que hacer frente durante los nueve años que
estuvo al frente de la Congregación. Por eso le llamaban con tanta frecuencia y
las conversaciones solían ser largas.
Víctor, a pesar de regresar a casa muy cansado del trabajo en
Pepsi-Cola, donde hacía con frecuencia horas extra para ayudar a los pobres,
siempre dialogaba con ellos por teléfono el tiempo que fuera necesario y terminaba
agradeciéndoles lo que hacían por los enfermos.
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