miércoles, 1 de junio de 2022

Habla Víctor. Caridad (VI)

Madre corrigiendo con amor a su hija.


Hay que estar siempre en disposición de prestar algún servicio a quien lo necesite. Hay que dar sin que te pidan, siempre dentro de nuestras posibilidades. A nadie se tendrá por enemigo. Los pobres serán los que te roben el corazón. Si alguna vez respondes con tono duro al que te irrita, pues esto puede suceder sin que intervenga tu voluntad, aun así debes reflexionar enseguida. Cuando la corrección fraterna sea un deber, nunca se hará en plan de humillar ni mortificar, Solo Dios puede infundir la dulzura de corazón. Por ello sea nuestra petición diaria.

 

En estas breves palabras hay una serie de eslóganes en los que condensa su práctica de caridad hacia los demás: “Hay que estar siempre dispuestos a prestar algún servicio a quien lo necesite”. “Hay que dar sin que te pidan”. “Los pobres serán los que te roben el corazón”. “A nadie tendrás por enemigo”. Así lo hizo en su vida. Habla por experiencia.

 

Pero merece la pena destacar sus palabras sobre la corrección fraterna, tan importante para poder progresar en la vida espiritual, práctica frecuente en las comunidades religiosas durante siglos, pero que en la actualidad  casi ha desaparecido por las dificultades que se presentan tanto por parte de quien recibe la corrección como de quien la hace.

 

Como a nadie le agrada que le corrijan, para que surta efecto debe hacerse a una persona humilde y paciente. Pero es aún más difícil para quien hace la corrección. Dar ánimos u orientaciones doctrinales no ofrece dificultad, pero decir al hermano algún defecto para que se enmiende, esto requiere amor sobrenatural especial. Es más fácil callar y soportar el defecto ajeno, que intentar sanarlo. El uso moderado de la corrección fraterna es necesario. Quien no recibe correcciones, pierde fortaleza frente a la dureza del vivir.



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