Sepulcro de San Juan de la Cruz en los Carmelitas de Segovia. |
Segovia, 26 de mayo de 2015
Querido Padre José Francisco:
Acaban de llegar los libros con la biografía de Víctor,
precisamente hoy, día de San Felipe Neri a cuya Congregación perteneció. Sin
duda, lo que más me está gustando de los añadidos, son las cartas a la monja
contemplativa, así como algunos testimonios.
Me has pedido que te escriba el eco que ha tenido en mi alma
la lectura de la biografía de tu hermano Víctor, escrita por el P. José
Vicente. Lo hago ahora, y lo centro en lo que más me ha impresionado del
testimonio cristiano de Víctor: la perseverancia en una amplia, generosa y
profunda ORACIÓN contemplativa nocturna y diaria. Es lo que más me ha impactado
de su “vida impactante”.
Generalmente, se mide lo que amamos a una persona o cosa por
el tiempo que le dedicamos. Esta ley ordinaria se cumple en Víctor, que
dedicaba tanto tiempo a su familia, al trabajo para sostener a su familia, al
apostolado, a la caridad con los más desfavorecidos, y no tenía tiempo para él.
Y lo que más me ha llamado la atención de la biografía, es el
tiempo que dedicaba exclusivamente a Dios: todas las noches del año, y cada año
quince días en Las Batuecas.
Y eran estas oraciones nocturnas (como las de Jesús)
contemplativas: Fijar la mirada en Nuestro Señor y estarse con Él; hermoso
ejemplo para seglares, sacerdotes, y para nosotros, los frailes, especialmente
llamados a “oración y contemplación”
Un abrazo de tu hermano.
Fr. Antonio Benéitez ocd.
Capilla del Centro de Espiritualidad de los Carmelitas en Segovia
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