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Libro de Meditaciones por el P. Francisco de P. Garzón, SJ. |
Hay que
sacar provecho de esta situación. Incluso le será fatigosa la oración
vocal; esta durará hasta que el Señor quiera sacarle, no hay medidas, al ser
totalmente distinta en tiempo y en frecuencia, para cada alma que pasa por este
estado. Hay que valerse de jaculatorias, frases o exclamaciones interiores o
exteriores, y si esto no es suficiente, llevar algún librito, abrirle y leer
algún trozo corto. En el momento que el alma se sienta motivada, cerrarlo e
iniciar la meditación. Aprovecharse de este método cuantas veces sea necesario.
Si ni aún así se lleva a la meditación, aprovechar cuando se hace lectura
espiritual de las frases que más hayan impresionado, tomadas escritas en algún
papelito. Aprovecharse para este fin, primero de los evangelios, salmos,
oraciones de la Iglesia, escritos de algún santo, etc.