miércoles, 20 de marzo de 2019

Testimonios. Encarnación del Campo Herrero.

Dª. Encarnación del Campo Herrero.


Conocí a Víctor cuando pasaba temporadas en Velillas del Duque antes de que viniese a vivir en el pueblo siendo ya mayor. Cuando había misa en el pueblo la oía en el pueblo, y cuando no la había en el pueblo, iba a oírla en el pueblo más cercano donde la hubiera, pero nunca dejó de oír la misa y de recibir la comunión, lo mismo si la temperatura era de muchos grados bajo cero, que si era de muchos grados sobre cero.

Él iba siempre bien abrigado en invierno y ligero de ropa en el verano, pero él, la misa y la comunión no se las perdía nunca, cualquiera que fuera la inclemencia del tiempo, cualquiera que fuera el pueblo donde se celebrara y cualquiera que fuera la hora en la que se celebrara.

 Interior de la Iglesia de Velillas del Duque.

Iba siempre andando. Mi marido y yo, muchas veces le invitábamos a subir a nuestro coche y siempre nos decía que prefería ir andando, aunque sí que nos agradecía nuestro ofrecimiento, y muy mucho.

Cuando en el pueblo no había misa ni nadie que rezara el rosario, dirigía él el rosario. Era un hombre muy bueno. Muy cariñoso con todos los vecinos y todos los vecinos con él.

Retablo de la parroquia de Quintanilla de Onsoña.

Si tuviera buena memoria, serían muchas más las cosas que podía decir de él, pues tenía con él mucho trato y muy buena amistad, pero dados los años que tengo, he perdido bastante la memoria y así, aunque mi deseo sería decirles todo lo que recordara sobre él, esto es lo único que ahora me viene a la memoria. En todo caso, todo lo que pudiera decir de bueno sobre Víctor, sería todo poco, pues era todo bondad.




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