Eusebia sentada con su hija Marta, su esposo y familia |
Me
presento como la esposa de Enrique Rodríguez, que era sobrino carnal de Víctor
Rodríguez. Los padres de mi marido eran de Quintanadiez de la Vega (Palencia) y
allí tenemos una casita que habíamos heredado.
Durante
los años que vivió Víctor en Velillas del Duque (1990-2002), cuando íbamos a
pasar el mes de vacaciones en Quintanadiez de la Vega, nos acercábamos a ver a
Víctor, a su esposa y a sus hijos.
Quintanadiez de la Vega, pueblo donde nació Víctor |
Me
sorprendió la vida tan austera, tan sencilla y la sonrisa que él tenía.
También la atención al cuidado de la Iglesia de aquel pequeño pueblo y lo que
allí rezaba.
Sabía
que, como padre de familia, no le había sido fácil la educación como un padre
quiere de sus hijos y tampoco su situación económica le había sido nada fácil a
causa, primero de haber quebrado su propia empresa avícola, y luego, por haber
quebrado también la empresa en la que entró a trabajar.
Era
una cosa bien extraña que una persona seglar y padre de familia tuviera esa vida
tan intensa de oración y de sacrificio.
Cuando
él vivía en Medina del Campo, yo pasé por un problema y desde mi domicilio de
Valladolid, donde yo vivía, acudía a él por teléfono para que me ayudara a
sobrellevarle. Él me infundió paz y esperanza y me aconsejaba hacer
oración como la mejor ayuda para salir del problema.
Víctor y Asunción con hijos y nietos en su casa de Velillas del Duque. |
Recuerdo
que me mandó dos estampas con oraciones y que yo las rezaba todos los días al
comenzar las clases con los niños del curso en que yo estaba de maestra.
Haciendo
oración como Víctor me aconsejaba, llegué a sentir la paz y la tranquilidad que
Víctor irradiaba, como reflejo de su santidad.
Este
es mi sencillo testimonio sobre su santa vida.
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