miércoles, 23 de enero de 2019

Habla Víctor. ¡Oh muerte, que tardas en llegar!

San Pablo: "Deseo morir para estar con Cristo".


¡Oh muerte que te tardas en llegar y me haces esperar, paso a paso te voy persiguiendo hasta poderte alcanzar! Cuando esa hora llegue, tú me maltratarás hasta cuerpo y alma separar, la carne te rechazará, el alma ansiosa de tu llegada está. Cuando ese momento llegue, el infierno contra mí luchará, allí en mi defensa la Sagrada Familia estará y de su mano a la eternidad pasará.

Es curioso que los santos que en una etapa de su vida no fueron totalmente fieles al Señor y en un momento determinado tuvieron un encuentro especial con Cristo y  experimentaron su amor, casi inmediatamente sintieron el deseo de morir para encontrarse cuanto antes con Él, aunque terminasen poniendo sus vidas al servicio del Señor para que se hiciese su voluntad. Es el caso de San Pablo y de Santa Teresa y es, en cierto modo, el caso de Víctor.

Santa Teresa: "Ansiosa de verte, deseo morir"

San Pablo manifiesta este deseo claramente cuando dice: “Para mí vivir es Cristo y morir ganancia. Por otra parte, si vivir en este mundo me supone trabajar con fruto, ¿qué elegir? No lo sé. Las dos cosas tiran de mí: deseo morirme  y estar con Cristo -y esto es con mucho lo mejor-; sin embargo, quedarme en este mundo es más necesario por vosotros” (Fil 1, 21-23).

Algo semejante la sucedió a Teresa de Jesús. Tras su conversión y encuentro con Cristo no pudo menos de exclamar: “¡Cuán triste es, Dios mío,/ la vida sin Ti!/ Ansiosa de verte, / deseo morir”. ¿Y quien no conoce la poesía: Vivo sin vivir en mí,/ y tan alta vida espero,/ que muero porque no muero?”.

Algo semejante le sucedió a Víctor cuando después de su conversión y de muchas horas de oración, descubrió el amor misericordioso de Jesús. A partir de ese momento de gracia, la muerte se convirtió para él en la mejor noticia. Por eso no temió la muerte, sino que la deseó por ser el único medio que tenía para gozar plenamente del Amado. De ahí la expresión: ¡Oh muerte que te tardas en llegar y me haces esperar, paso a paso te voy persiguiendo hasta poderte alcanzar!

Víctor: "La Sagrada Familia de su mano a la eternidad me llevará".

Era consciente de que el momento de la muerte, no por ser esperado y deseado dejaría de ser difícil y doloroso por ser el momento de la lucha final en que el poder del infierno lucharía con todas sus fuerzas para hacerle flaqueza en la fe, pero confiando plenamente en que la Sagrada Familia le ayudaría y acompañaría en su paso a la eternidad.

Debido a que el alzheimer había acabado con su memoria, el momento de su muerte no fue difícil ni doloroso, pero seguro que allí estaba la Sagrada Familia para acompañarle y de su mano pasar a la eternidad.

No hay comentarios:

Publicar un comentario