Víctor trabajando en el patio de Velillas del Duque. |
Pobre
y mendigo soy, lleno de miseria estoy. Mi oficio es pedir y rogar, de puerta en
puerta llamar. De pueblo en pueblo voy caminando. Todo el tiempo implorando.
¿Fue
realmente pobre y mendigo, o habla más bien de pobreza y de miseria espiritual?
Víctor
no fue un mendigo según el concepto que hoy tenemos, pero sí pobre de espíritu
que es la pobreza que agrada al Señor y también pobre de bienes materiales,
pero pobre de bienes al estilo de la Sagrada Familia que no acumuló bienes,
pero que siempre tuvo lo suficiente, porque se ganó el alimento con el trabajo,
primero de José y después del mismo Jesús. Vivió de manera sencilla sin ánimo
de acumular para asegurar el día de mañana, confiando siempre en la divina
providencia.
Víctor encendiendo la lumbre en invierno. |
Así
fue realmente la pobreza material de Víctor, que trabajó sin descanso para
sacar adelante a su hogar, pero no para acumular y asegurar su futuro, pues en
lugar de acumular, sus escasas ganancias las compartió con los más pobres que
él.
Con
sus palabras, pues, se refiere más bien a otro tipo de pobreza, a la pobreza espiritual,
pues siempre se consideró lleno de miserias y necesitado de la misericordia de
Dios. Esta pobreza la sintió especialmente durante los días que pasaba en el
desierto de las Batuecas dónde el Señor le purificaba de sus más pequeñas
imperfecciones y de las deficiencias de toda su vida.
En
sus escritos autobiográficos tenemos la oportunidad de ver cuántas veces alude
a esa pobreza espiritual y a la necesidad de la misericordia de Dios. Y es que,
cuánto mayor es la luz con que el Señor ilumina al alma, más destacan las
pequeñas infidelidades. Pasa más desapercibida una mancha grande en un lienzo
oscuro que una pequeña en uno blanco. Esto es lo que les ha pasado a todos los
santos y es lo que experimentó Víctor.
Cuando
habla de estar lleno de miseria y por tanto necesitado de pedir y rogar, no lo
dice por decirlo.
Víctor quitando la nieve para acceder a la Iglesia |
Hablando de la oración, tiene unas palabras
que nos confirman a que tipo de pobreza se refiere al decir: “Oración es
comunicación entre Dios creador y redentor y la criatura pecadora, ésta tan
necesitada de su misericordia infinita, que regularmente suele ser de petición.
Los pobres solamente se dedican a pedir y ante Dios, todos somos muy pobres”.
Esa
es la realidad: “Ante Dios todos somos pobres”. Víctor experimentó como casi
todos los santos, que espiritualmente no era más que un pobre lleno de miseria,
debido a los pecados de su juventud y a las pequeñas infidelidades de cada día.
Por eso sintió la necesidad de pasarse la vida implorando la misericordia de
Dios.
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