Que sea el Espíritu Santo el que dirija las decisiones. |
Me
había hablado un hermano de otro hermano que se presentaba a Hermano Mayor
sobre la conveniencia de que saliera elegido, y a mí, por aquel entonces con
solo 19 años, me parecía muy conveniente…y no se me ocurrió otra cosa que
hablar a algunos hermanos sobre la cuestión en la intención de dirigir su voto.
Pues bien, al hablarle al hermano Víctor, me dijo: “Yo prefiero que sea el
Espíritu Santo el que dirija estas cosas”. Inmediatamente quedé convencido
y no volví nunca a entrometerme. Y casi sin darme cuenta, en mi fuero interno,
empecé a tener al hermano Víctor en mucha estima espiritual (Tomás Galindo).
En
las órdenes religiosas está prohibido hacer propaganda por alguien, y más aún
que sea el propio interesado quien la promueva. Es más, nadie se puede votar a
sí mismo. Es una norma de prudencia para evitar ambiciones y manipulaciones.
Algo parecido sucede en el cónclave para elección del Papa y por eso hay
generalmente tantas votaciones antes llegar a la elección.
Pero
como la ambición se puede colar en todas las instituciones, es frecuente la
formación de grupos que se ponen de acuerdo para elegir a la persona de la que esperan
alcanzar más beneficios, a veces dirigidos por el propio interesado.
Si
esto se da en las órdenes religiosas, que hacen la promesa de “non ambiendo”,
es decir “de no ambicionar”, para evitar toda clase de ambición, ya podemos
imaginar lo que puede suceder en instituciones cristianas cuyos miembros no hacen
esa promesa.
Tomás
Galindo, como vemos por sus palabras, recibió un buen testimonio de cómo hay
que evitar las manipulaciones y votar en conciencia al que se considere más
apto para el oficio, aunque no sea el que más simpático me caiga.
Otra
cosa muy diferente es que, la persona que haya captado por el ambiente la
posibilidad de ser elegida o reelegida para el cargo, haga propaganda en contra
de su elección y alegue causas para evitarlo, como fue el caso de Víctor, que
suplicaba humildemente que no le volvieran a nombrar Hermano Mayor, alegando sus
enfermedades.
Oratorio de San Felipe Neri en Madrid. |
A
todas las elecciones de superiores suele preceder un rato de oración en
silencio y de invocación al Espíritu Santo para que les ilumine y acierten en
la elección. Víctor tenía muy claro que hay que dejar actuar al Espíritu Santo,
que es el que sabe lo que más conviene
El
espiritual, se deja llevar por el Espíritu Santo y da su voto al que considera
más capacitado. Y a Víctor, que no se consideraba digno ni capacitado ni el
mejor preparado para dirigir la Congregación de San Felipe Neri, le eligieron
seis años consecutivos para Hermano Mayor. ¿Sería porque los electores se
dejaron guiar por el Espíritu Santo?
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