Relojería del Sr. Nozal en Medina del Campo al lado de la Parroquia San Miguel |
Pregunta:
Aparte de su caridad con los pobres, ¿recuerda algún otro acto significativo
suyo de caridad?
Respuesta:
Víctor era amigo de un señor llamado Mariano Nozal. El tal señor Nozal no
iba nunca a misa. Víctor comenzó a tratar con él y llegaron a hacerse muy
amigos y como fruto de su amistad con él, comenzó a ir a misa y no volvió a
dejarla. A este amigo de Víctor se le quemó la casa. ¿Y qué hizo Víctor con
este su amigo cuando se le quemó la casa? Que le prestó la casa que teníamos
nosotros en el centro de Medina del Campo, para que viviera en ella hasta que
arreglara la suya que se le había quemado. Mientras tanto nosotros nos fuimos a
vivir a las afueras de Medina, en la casa que teníamos en la granja. Nos trasladamos
nosotros de una casa céntrica y mejor acomodada, a otra a las afueras y peor
acomodada, para que él se alojara con su familia en la que nosotros vivíamos.
Así era Víctor de caritativo.
También
recuerdo que cuando murió el señor que nos había comprado el comercio de
alimentación que teníamos en Medina del Campo, como su casa la tenía detrás del
establecimiento y era muy pequeña, viendo que no reunía condiciones para el
velatorio, sin que ni siquiera se lo pidieran, ofreció a la familia su propia casa
para que hicieran en ella el velatorio, e incluso él mismo llevó a hombros al
difunto de su casa a la nuestra, para que allí le velaran.
Era
también donante de sangre y sintió mucho cuando se la desecharon por razón de
su enfermedad, pues no había oportunidad que se le presentara para hacer
acciones de caridad que no las aprovechara como en estos casos que ahora
recuerdo.
Pregunta:
Su hija Eva habla de los trabajos de Víctor en la parroquia a la que ustedes pertenecían cuando vivían en Madrid.
Dígame algo sobre el particular.
Respuesta:
Cuando nos trasladamos a Madrid para poder sacar los hijos adelante, pues
nos habíamos arruinado y perdido la granja que teníamos, una vez conseguido
trabajo e instalarnos, Víctor no dudó en ofrecerse al párroco para lo que
necesitase. En Villaverde Bajo donde vivíamos, se estaba iniciando la parroquia
de San Clemente Romano y allí Víctor ayudó en todo lo que pudo, pues de momento
la Iglesia eran los bajos de un local vacío y había que acondicionarlo. Él no
dudó en ir por las casas y conventos pidiendo donativos, sillas, bancos,
alfombras, cualquier cosa que sirviera para acondicionar la parroquia y los
salones parroquiales.
Además
recuerdo que implicó a algunos de sus compañeros de trabajo para que les
ayudasen a hacer los servicios que no había. Estos compañeros, siempre comían
en nuestra casa. Ellos ponían el trabajo y nosotros les dábamos de comer.
Pasaba
muchas horas en la parroquia, no sólo haciendo oración, sino ayudando en el
despacho parroquial, pasando en los libros el registro de todos los bautizos,
matrimonios, etc.
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