sábado, 16 de diciembre de 2017

Habla Víctor, Agradecido a sus padres

Quintanadiez de la Vega, pueblo en que nació Víctor.

Aunque Víctor falleció el 21 de febrero de 2012, nos sigue hablando a través de sus escritos espirituales en los que, de manera directa o indirecta, ha volcado su experiencia cristiana. Comenzamos con sus escritos más íntimos, es decir, los autobiográficos. Pudiéramos darlos a conocer en su totalidad y luego comentarlos, pero como ya están publicados en “Vida impactante de un cristiano de a pie” y en el folleto “Víctor. Sonrisa de paz”, consideramos más práctico poner alguna o algunas frases, dependiendo de la densidad de su contenido, destacándolas en letra cursiva y negrita y comentar o explicar todo lo que nos puede decir en tan pocas palabras.


Tengan en cuenta que estos escritos autógrafos los escribió cuando su experiencia espiritual había llegado a su plenitud y que, por lo tanto, le sucede como a Teresa de Jesús, que mira su pasado con ojos y criterios distintos a los nuestros. Se ha dado cuenta de que todo lo que le ha acontecido en su vida, incluidas las pruebas y sufrimientos, ha sido pura gracia de Dios, que en su providencia lo ha permitido y ordenado para llevarle poco a poco hacia la santidad. Y por todo le da gracias.
 
Fachada de la casa paterna
“El tener padres virtuosos y temerosos de Dios me bastara, si yo no fuera ruin, con lo que el Señor me favorecía, para ser buena” (V. 1, 1). Así comienza Santa Teresa su famosa autobiografía, dando gracias a Dios por haberla dado unos padres creyentes y virtuosos que la encaminaron desde su infancia hacia la virtud.

Los padres que Dios me dio, tanto me quisieron, que hijo de la Iglesia me hicieron. Esta me recibió. El bautismo me otorgó. Aún no sabía andar y a misa en brazos me llevaban. En familia el rosario todos los días se rezaba. Estas son las palabras con las que inicia Víctor sus escritos autobiográficos. No hay que hacer muchos esfuerzos para descubrir su coincidencia con Santa Teresa. ¡Qué bello detalle comenzar por reconocer que, gracias a la fe y al cariño de los padres que Dios le dio, debe todas sus bendiciones!
 
Quintanadiez de la Vega. Iglesia del Salvador
De sus padres podía haber resaltado sus dotes naturales, pues a pesar de ser agricultores, fueron muy honestos, caritativos, colaboradores con los demás vecinos, queridos y respetados por todos, etc. Pero es el momento de dar gracias a Dios por haberle concedido, sobre todo, unos padres virtuosos y creyentes que con su ejemplo le acercaron a la Iglesia y le hicieron ver que Dios es Todo, que “sólo Dios basta”.

¡Qué bien entendió y cumplió los consejos del Eclesiástico!: “Dios hace al padre más respetable que a los hijos y afirma la autoridad de la madre sobre la prole. El que honra a su padre expía sus pecados, el que respeta a su madre acumula tesoros; el que honra a su padre se alegrará de sus hijos, y cuando rece, será escuchado; el que respeta a su padre tendrá larga vida; al que honra a su madre, el Señor le escucha” (Eclo. 3, 3-7).


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