Monasterio en el monte Carmelo, origen de la Orden |
Si tuviéramos que resumir el contenido de una Orden religiosa, así como de los franciscanos tendríamos que destacar el valor y la práctica de la pobreza, de la Orden del Carmen tendríamos que destacar su faceta Mariana y su faceta Contemplativa-Activa. Un seglar que no ame y practique la pobreza, podrá ser un buen cristiano, pero no un buen franciscano. Un seglar que no ponga a María en el centro de su vida y no dedique tiempo a la oración, podrá ser un buen cristiano, pero no un buen Carmelita Descalzo Seglar.
Los Carmelitas proceden de los ermitaños que en el monte Carmelo tomaron desde el primer momento a María como modelo de contemplación y ejemplo de virtudes. A ella dedicaron la capilla en la que se reunían y a ella hace referencia el título de la Orden de “Hermanos de la Bienaventurada Virgen María del Monte Carmelo”. ¿Y quién no conoce su slogan: Totus marianus est Carmelus: El Carmelo es todo de María?
Imagen de la Virgen María sobre la gruta del profeta Elías |
Víctor, devoto de María desde el hogar paterno en el que se rezaba todos los días el rosario, como carmelita descalzo seglar intensificó ese gran amor a María, ya que es fundamental de su carisma: “vivir en obsequio de Jesucristo apoyándose en la imitación y el patrocinio de la Santísima Virgen, cuya forma de vivir constituye para sus miembros un modelo de configuración con Cristo”.
Al rezo diario del rosario que nunca faltó y tanto fomentó, a la reiterada recitación del Ave María en la cadena de producción de Pepsi Cola, añadió como Carmelita Descalzo Seglar la faceta más importante: la de tomar a María como modelo perfecto de vida cristiana, la de vivir siempre como María.
Por otra parte, la Orden del Carmen, como todas las órdenes mendicantes es orden mixta, es decir: contemplativa-activa, pero la nota que predomina es la de: “cultivar sobre todo la oración, meditando continuamente la ley del Señor, cultivando la lectura y fortaleciendo el alma con pensamientos santos, a fin de que la Palabra de Dios nos pueble los labios y el corazón con toda su riqueza y todo se realice por la misma Palabra del Señor”.
Santa Teresa y San Juan de la Cruz, reformadores de la Orden |
Esta faceta de la oración hasta llegar a la contemplación, la desarrolló siguiendo las doctrinas y experiencias de los fundadores del Carmen Descalzo, Santa Teresa de Jesús y San Juan de la Cruz, sus verdaderos maestros, quienes, a través de la oración y de las virtudes teologales de fe, esperanza y caridad, le llevaron a una experiencia de Dios muy especial propia de los místicos. Unas palabras de Víctor resumen esta preciosa experiencia:
En la Iglesia milité.
En el Carmelo moré.
En fe ciega caminé.
En esperanza viví.
La caridad me abrasó.
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