miércoles, 13 de septiembre de 2017

Sonrisa de paz (I)


Víctor sonriente con su esposa y su hija Tere en Velillas del Duque

De Víctor hay una biografía bastante amplia cuyo autor es el P. José Vicente Rodríguez con el sugestivo título de: “Vida impactante de un cristiano de a pie” de la que se hizo una primera edición de 5.000 volúmenes en la “Editorial Arca de la Alianza”, obsequio de D. Natalio Babiano, a quien agradecemos tanta generosidad.

Agotada esa primera edición, se procedió a una segunda edición, esta vez en la “Editorial Monte Carmelo”, aumentada con algunos testimonios y especialmente con una colección de once preciosas cartas muy espirituales a una religiosa agustina. Les recomendamos su lectura.

Con el deseo de que Víctor, laico comprometido y fiel seguidor de Jesús, sea conocido en amplios sectores de la sociedad, especialmente entre laicos sencillos que como él tienen que santificarse en medio del ambiente familiar y de trabajo y se animen a seguir sus pasos, se ha editado un folleto más sencillo y asequible en que se resume lo principal de su experiencia espiritual y de su mensaje.

Víctor sonrisa de paz

A la hora de dar un título a ese folleto, se ha elegido el de: “Víctor Sonrisa de Paz”. ¿Por qué? Porque la sonrisa es la manifestación externa de la paz y alegría interior que solamente puede darse en quienes viven una experiencia de Dios muy especial. Es el caso de Juan de la Cruz, Teresa de Jesús y Felipe Neri los grandes maestros de Víctor. Es también el caso de algunos santos que todos conocemos, como Juan XXIII o de Teresa de Calcuta.

José Luis Martín Descalzo en su libro “Razones”, al hablar de las que encuentra para la alegría, la primera que pone es el sacramento de la sonrisa y confiesa: “Si yo tuviera que pedirle a Dios un don, un solo don, un regalo celeste, le pediría, creo que, sin dudarlo, que me concediera el supremo arte de la sonrisa. Es lo que más envidio en algunas personas”.

En el desarrollo del tema añade: “La gente que ama mucho sonríe fácilmente. Porque la sonrisa es, ante todo, una gran fidelidad interior a sí mismos. Un amargado jamás sabrá sonreír. Menos un orgulloso”.

Y concluye: “Y es que en toda sonrisa hay algo de transparencia de Dios, de la gran paz. Por eso me he atrevido a titular este comentario hablando de la sonrisa como de un sacramento. Porque es el signo visible de que nuestra alma está abierta de par en par”.

José Luis Martín Descalzo, sacerdote y escritor,
autor de "Razones para la Alegría"

Que preciosidad. Totalmente de acuerdo. La sonrisa es como un sacramento, porque como los sacramentos se sirven de signos sensibles para verificar lo que en ellos se significa, así la sonrisa es signo de la paz, alegría y felicidad que hay en quien se siente amado siempre por Dios.

Ni que el artículo le hubiera escrito contemplando a Víctor. Su sonrisa era un signo claro de la experiencia que vivía permanentemente del Dios Padre, del Dios Amor, del Dios Fiel que nunca abandona a los que en Él confían. Tenía la Paz del Señor y por eso vivía en paz y transmitía paz.





1 comentario:

  1. Nos gustaría recibir el folleto "Víctor sonrisa de paz" para divulgarlo entre los adoradores de la Adoración Nocturna Española y no sabemos a quien dirigirnos

    ResponderEliminar