sábado, 23 de marzo de 2024

DOMINGO DE RAMOS

Entrada triunfal de Jesús en Jerusalén.


Existía la costumbre de dar la bienvenida a los peregrinos que acudían a Jerusalén a celebrar la Pascua con estas palabras del salmo 118: “Bendito el que viene en nombre del Señor, los bendecimos desde la casa del Señor. El Señor es Dios: Él nos ilumina. Ordenad una procesión con ramos hasta los ángulos del altar”.

 

Jesús aprovechó esa oportunidad para entrar triunfante en Jerusalén donde fue aclamado por parte del pueblo como el Mesías y Salvador. Entró como Rey, pero como un rey cuya única grandeza consiste en servir y entregar su vida para la salvación de todos. De hecho, con su entrada triunfal en Jerusalén, dio comienzo a su pasión, que culminó con su muerte y resurrección.

 

Entre los creyentes del mundo entero se celebra con alegría la entrada de Jesús en Jerusalén, con una procesión, portando ramos y aclamándole como Rey y Mesías, repitiendo y cantando con júbilo palabras de los evangelistas, como estas de San Mateo: “¡Viva el Hijo de David! ¡Bendito el que viene en nombre del Señor! ¡Viva el Altísimo!

 

Así lo hizo Víctor desde niño con verdadero entusiasmo, acompañando al Párroco como monaguillo, llevando la cruz o algún cirial. Al llegar a la puerta de la Iglesia, que estaba cerrada, para que abrieran, el Párroco daba por tres veces unos golpes a la puerta y a la tercera desde dentro preguntaban: ¿Quién es? Y al responder que era Jesús, el Mesías, el Salvador, abría la puerta y entraban todos cantando y alabando al Señor.




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