sábado, 2 de marzo de 2024

 

Fachada de la Iglesia del monasterio de las
Agustinas Recoletas de Serradilla (Cáceres).

Monasterio del Santísimo Cristo de la Victoria

MM. Agustinas Recoletas

Serradilla (Cáceres)

  Serradilla 4-4-2014

Alabado sea Jesucristo.

Me pide la familia de Víctor Rodríguez les haga una pequeña semblanza de cómo nos conocimos y entablamos amistad espiritual de dos hermanos.

Estábamos en Madrid como maestra con otras dos hermanas. Yo iba todos los días a misa y hacía oración en la parroquia de la Ciudad de los Ángeles… pero nunca hablaba con él…Era muy respetuosa. Un día, el sacerdote llegó tarde para abrir la Iglesia, tuvimos que esperar en la puerta.

Víctor me saluda y me pregunta muy amable y educado. Enseguida pude comprender que teníamos mucho en común. Víctor era un señor de mucha fe y amor de Dios, la conversación se hacía espontánea. Era el hermano espiritual que respondía a aquellas objeciones que le presentaba. Había un mismo ideal: “Ser de Jesús”. “Amar mucho a Dios”. “Vivir para Él”. “Alimentarnos de la Eucaristía y la oración”. También yo vivía ese deseo y buscaba medios que se ofrecían buenos en Madrid por los años 1969 al 1976.

Víctor era un hermano espiritual. Nuestro diálogo versaba sobre la oración, gran conocedor de San Juan de la Cruz y Santa Teresa. Me animaba a vivir la vida contemplativa en la clausura. Me decía: “será el aliciente espiritual que tanto deseas. Sus cartas me hicieron mucho bien, las guardo, porque esos escritos no podían romperse.

Víctor es una gracia y un don de Dios a la Iglesia, a la sociedad.  El secreto de su santidad. Alma elegida y querida por Dios, recibió muchos dones, gran contemplativo, alma de oración, le dedicaba muchas horas, de noche, eso trae muchas gracias para la Iglesia. Fiel a Jesús,  hombre muy bueno, caridad exquisita con los enfermos, muy humilde. Su mujer Asunción, es un tesoro, que le dejó que viviera lo que Jesús pedía. Gracias Asunción. En el cielo gozarás los dones con tu marido. Sus hijos también muy queridos. Ofrecía por ellos. Sus hijas religiosas le dieron mucha alegría y gozo.

Familia querida de Víctor, os quiero mucho. Vuestra hermana Esperanza Martín.



 

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