miércoles, 28 de junio de 2023

Habla Víctor Unión con Dios (IX)

 "Mira este clavo, que es señal que serás mi esposa desde hoy".


En este estado, el alma goza de una paz inquebrantable aun en medio de dolores y preocupaciones de la vida, sobre todo cuando se ve humillada y se da cuenta de que eso la une a Jesús, que no quería “otra comida que hacer la voluntad del Padre” (Jn 4, 34), y ese debe ser nuestro camino. Esta unión especial es la que los místicos llaman matrimonial. Esta se diferencia en que no solamente el alma está dando el sí perfecto a Dios, sino que también las potencias y pasiones se mueven en ese sentido. A estas almas, el Espíritu Santo las transforma todo en ser sobrenatural, hasta el punto de que en este estado, como San Pablo clama: “Vivo, mas no yo, sino que es Cristo quien vive en mí” (Gal. 2, 20). El alma vive más en Dios que en el cuerpo, pues está más donde ama que donde anima.

 

Según los Santos Padres y los grandes maestros de la espiritualidad, como Santa Teresa y San Juan de la Cruz, la forma más alta de la vida mística se llama Matrimonio espiritual. Es etapa final de un largo proceso de purificación y una gracia interior que lleva al alma a la transformación y comunión con Dios y sus intereses.

 

Santa Teresa habla del matrimonio espiritual en el capítulo 2 de las séptimas moradas y nos describe lo que sucedió en su vida en la Cuenta de Conciencia 25 con estas palabras:

Díjome Su Majestad: No hayas miedo, hija, que nadie sea parte para quitarte de Mí; dándome a entender que no importaba. Entonces se me representó por visión imaginaria, como otras veces, muy en lo interior, y me dio su mano derecha, y me dijo: mira este clavo, que es señal que serás mi esposa desde hoy; hasta ahora no lo habías merecido; de aquí adelante, no sólo como Criador y como Rey y tu Dios mirarás mi honra, sino como verdadera esposa mía: mi honra es tuya y la tuya mía” (CC. 25).

 

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