Víctor con su nieta Rebeca en brazos a la entrada de la Iglesia de Velillas del Duque. |
Mucha gente, al escribir recuerdos y experiencias sobre el
abuelo Víctor, recordarán que fue un hombre con una fe firme y segura, y es
cierto, porque lo fue, pero en mi mente le recuerdo como un abuelo increíble, del que
pude aprender mucho, y como una buena persona que ayudaba a quien lo
necesitaba. Para mí, lo más importante del abuelo Víctor es el cariño que nos
transmitía y la preocupación constante que tenía por su familia. REBECA (Nieta)
A los pocos meses de morir Víctor, algunos de sus hijos y
nietos, al acercarse el cumpleaños de su esposa Asunción, quisieron darla una
sorpresa y una gran alegría y compusieron un álbum con testimonios y
fotografías que se ha convertido en un auténtico tesoro por la sinceridad de
sus recuerdos. La abuela Asunción lo conservó siempre como un tesoro y por eso
lo veía y releía con frecuencia.
El testimonio de Rebeca, adolescente es ese momento, nos
habla de Víctor como del “abuelo increíble” del que aprendió muchas
cosas, todas ellas buenas, como su preocupación por los pobres y los enfermos,
y las asimiló precisamente porque cuando estaba con él, experimentaba un cariño
entrañable y una valoración muy especial. Por eso anhelaba estar con el abuelo.
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