sábado, 20 de mayo de 2023

Habla Víctor Ascensión del Señor

Ascensión del Señor al cielo en presencia de los apóstoles.


Señor, ¿es ahora cuando vas a restaurar el reino de Israel? Él contestó: No os toca a vosotros conocer los tiempos y las fechas que el Padre ha reservado a su autoridad. Pero recibiréis una fuerza, el Espíritu Santo que descenderá sobre vosotros para ser mis testigos en Jerusalén, en Judea, en Samaria y hasta los confines del mundo. Dicho esto le vieron subir, hasta que una nube le ocultó a sus ojos. Mientras miraban fijos al cielo viéndole irse, se les presentaron dos ángeles vestidos de blanco que les dijeron: Galileos, ¿qué hacéis ahí plantados mirando al cielo?”. (Hc. 1, 6-10)

 

Jesús, cumplido su plan de salvación, vuelve al cielo. Así nos recuerda el auténtico sentido de nuestra vida: llegar un día con Él al cielo. Pero a la vez nos recuerda que no nos quedemos mirando al cielo, porque el cielo se consigue trabajando en la tierra, tratando de vivir nuestra fe conforme a las exigencias del Evangelio, e invitando a los demás a compartir nuestro propósito cristiano.

 

 Id y haced discípulos a todos los pueblos, bautizándolos para consagrarlos al Padre y a Hijo y al Espíritu Santo” (Mt. 28, 19), les dice Jesús a los apóstoles antes de subir al cielo. Decía San Francisco de Asís a sus hermanos: “Debemos predicar el Evangelio en todo momento y en todo lugar. Incluso con palabras”. 

 

Y así lo hizo Víctor, como testifica su hija Begoña: “La vida de mi padre fue intensamente apostólica, fruto directo de la intimidad que mantenía con el Señor en la oración. Estaba lleno de celo y deseo de llevar las almas al Señor. Amaba a todos los hombres con el mayor amor que se les puede tener: el deseo de su salvación”.  




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