sábado, 13 de agosto de 2022

Florecillas. Padrino de gitanos.

Víctor haciendo de padrino en el bautismo de dos gitanos.




Aceptó, con mucho gusto, ser padrino de dos gitanos que deseaban bautizarse. No sólo aceptó, sino que se le notaba lleno de gozo por tener dos ahijados gitanos. Le pedía a mi madre alimentos para llevárselos. Ellos se acercaron en un a ocasión hasta nuestra casa, acompañados de sus padres, para traerle un obsequio, en agradecimiento por todo lo que hacía con ellos” (Eva).

 

En pocas palabras nos describe Eva la alegría que sintió su padre cuando el párroco de San Clemente Romano, D. Paco Teresa, le propuso hacer de padrino de dos gitanos de los que la madrina sería su hermana Dª. Carmen Teresa, que, como experimentada catequista, les había preparado para recibir el sacramento.

 

Es curioso que Víctor, del que no tenemos ninguna foto en los bautismos de sus hijos, aparezca por primera vez en el bautismo de estos gitanos, muestra evidente de la alegría que le produzco poder acompañarles en el desarrollo de su fe.

 

Seguro que cumplió fielmente con los compromisos que la Iglesia pide a los padrinos, cuya responsabilidad, no es la de dar de vez en cuando regalos a sus ahijados, sino de enseñarles las verdades cristianas y acompañarles en las prácticas religiosas, especialmente si los padres no están preparados para cumplir esa misión.

 

Y por lo que vemos, no se limitó a la asistencia espiritual, sino que tuvo con ellos detalles de ayudas materiales. ¡Cómo no hacerlo así quien les enseñaba la importancia de la caridad cristiana que se manifiesta especialmente con las obras! Se interesó por su desarrollo integral, humano y religioso.

 

El hecho de que los gitanos acudieran con sus padres con un obsequio para mostrarle su gratitud, es la mejor prueba del seguimiento que Víctor hacía con sus ahijados.



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