Víctor haciendo de padrino en el bautismo de dos gitanos.
En pocas palabras nos describe Eva la alegría que sintió su
padre cuando el párroco de San Clemente Romano, D. Paco Teresa, le propuso hacer
de padrino de dos gitanos de los que la madrina sería su hermana Dª. Carmen
Teresa, que, como experimentada catequista, les había preparado para recibir el
sacramento.
Es curioso que Víctor, del que no tenemos ninguna foto en los
bautismos de sus hijos, aparezca por primera vez en el bautismo de estos
gitanos, muestra evidente de la alegría que le produzco poder acompañarles en
el desarrollo de su fe.
Seguro que cumplió fielmente con los compromisos que la
Iglesia pide a los padrinos, cuya responsabilidad, no es la de dar de vez en
cuando regalos a sus ahijados, sino de enseñarles las verdades cristianas y
acompañarles en las prácticas religiosas, especialmente si los padres no están
preparados para cumplir esa misión.
Y por lo que vemos, no se limitó a la asistencia espiritual,
sino que tuvo con ellos detalles de ayudas materiales. ¡Cómo no hacerlo así quien
les enseñaba la importancia de la caridad cristiana que se manifiesta especialmente
con las obras! Se interesó por su desarrollo integral, humano y religioso.
El hecho de que los gitanos acudieran con sus padres con un obsequio para mostrarle su gratitud, es la mejor prueba del seguimiento que Víctor hacía con sus ahijados.
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