miércoles, 24 de agosto de 2022

Florecillas. Buen empleo de las propinas.

Modelo de lampadario que se coloca
junto a los santos más venerados en cada Iglesia.


Como el párroco estaba tan agradecido por los servicios que les prestaba mi padre, quiso recompensárselo de alguna manera. Como suele suceder en estos casos, son los hijos los que reciben las gratificaciones. Comenzó a darme, de vez en cuando, propinas para que comprase golosinas. Advirtiéndolo mi padre, me enseñó a sacar provecho espiritual de las propinas, enseñándome a gastarlas en encender velas al Cristo y a la Inmaculada de la Parroquia por alguna intención” (Eva).

 

Efectivamente, el Párroco estaba sumamente agradecido a Víctor por todo lo que le estaba ayudando en la adaptación de los bajos de un edificio para convertirlo en una pequeña iglesia acogedora, y también le estaba agradecido porque le ayudaba en la oficina parroquial asentando en los libros parroquiales las actas de bautismos y matrimonios. ¿Cómo no mimar a la hija más pequeña de Víctor y darla alguna propina para que se comprase golosinas?

 

Como no podía impedir que el párroco siguiera dando propinas a su hija, lo que hizo Víctor fue enseñarla a que las emplease en algo que también encanta a los niños y a la vez desarrolla en ellos el amor a los santos, como es encender velas ante sus imagines. Es algo que todos los padres experimentan aun hoy día cuando acuden a la misa dominical, pues a sus hijos les encanta que les den alguna moneda para acudir a un velero, normalmente eléctrico. Les hace mucha ilusión ver que al echar una moneda se enciende una o varias luces.

 

Con este pequeño juego, los niños, sin darse cuenta, aumentan su devoción al Santísimo en el sagrario, a Cristo en la cruz, a la Virgen, a San José, etc… Por eso los padres, en lugar de echar ellos las monedas, se las entregan a sus hijos.



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