San Benito con su slogan "Ora el Labora" |
En la fábrica de refrescos donde trabajaba, quisieron
ascenderle de puesto, con lo que la situación económica sería desde entonces
desahogada. Pero él rechazó el ascenso porque le suponía perder la vida de
oración que llevaba hasta entonces (Eva).
La ruina económica de su negocio, cambió radicalmente el
rumbo de su vida. Hasta ese momento había compaginado el compromiso cristiano
con el apego a los bienes de este mundo. Desde ese momento cayó en la cuenta de
que todo lo que el mundo valora y aprecia puede fallar, pero no el Señor, y se
puso incondicionalmente en sus manos.
Conociendo o no el slogan que San Benito estableció para los
monjes: “Ora et labora. Ora y trabaja”, lo cierto es que Víctor
lo puso en práctica desde su conversión. Trabajó y oró mucho en su vida.
Víctor fue un trabajador nato desde su juventud y siguió
siéndolo a lo largo de su vida mientras las fuerzas y la salud se lo
permitieron, pero no para acumular bienes, sino para mantener dignamente a su
familia y cumplir con la voluntad de Dios: “Con el sudor de frente comerás
el pan” (Gen. 3, 19). Hizo, como sabemos, muchas horas extraordinarias en
Pepsi-Cola; primero para dar de comer y dar una formación digna a sus hijos, y
después siguió haciendo horas extraordinarias para dárselo a los pobres.
Pero el trabajo no fue impedimento para la oración. Sabemos
que dedicaba todos los días varias horas a la oración, robando tiempo al sueño,
y que incluso aprovechaba la cadena de Pepsi-Cola para rezar Avemarías,
convirtiendo el trabajo en oración. Por eso pudo afirmar al final de su vida: “Varios
años tuve y tengo de poseer la gracia de estar orando, ya fuese comiendo,
trabajando, viajando, e incluso cuando estaba dialogando con personas. Siempre
rogando y rogando por todos mis compañeros que tanto me hacían sufrir”.
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